En la vieja Atenas se identificaba la palabra idiota (ἰδιώτης) con aquellas personas que no se meten en política, aquellos cuya única preocupación es su vida privada y que renuncian a tener iniciativa en los asuntos colectivos (la política) yendo contra su propia naturaleza como ζῷον πολῑτῐκόν, como animal político, como animal cívico.

Esta idea de “idiota” define, exactamente, el concepto de “libertad” que ha cacareado la nueva derecha, una libertad antisocial, una libertad exaltadamente individualista consistente en hacer lo que a uno le dé la gana…

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