Llamar regularización a los 678.393,72 euros pagados por Juan Carlos I es un insulto. Lo que ha hecho Juan Carlos I es comprar aún más impunidad por ese dinero. Ahora ya sabemos que el rey de España durante 39 de los 45 años de monarquía robó tanto que cuando dejó de ser rey de España siguió robando hasta generar un fraude tributario de ese monstruoso nivel sólo con las tarjetas black royal. Y eso si hay alguien que se crea que esas tarjetas fueron donaciones de un empresario mexicano que generosamente ponía unas tarjetas a nombre de una familia española como quien apadrina a un niño necesitado en un país pobre; debe de haber alguien que crea que no eran, por ejemplo, el instrumento diseñado por la familia para gastar en España el dinero acumulado y escondido en cuentas, sociedades y fundaciones por todos los paraísos fiscales del mundo. Es decir: si hay alguien que se cree que esta regularización no es en realidad otro fraude para seguir tapando la ingente trama corrupta.

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