Las elecciones andaluzas cambian el país. Es una obviedad. La hidra aznarista va a gobernar, deja de ser una hipótesis y la extrema derecha se convierte en la fuerza de moda. Comienza un nuevo ciclo histórico en España que tenemos que leer con urgencia pero sin brochazos ni tics.
Democracia, feminismo, derechos humanos y ecologismo son los cuatro motores que pueden construir un futuro ilusionante para el país, que resista a la alianza de corruptos, demagogos, oportunistas y reaccionarios que toma las riendas de Andalucía mirando a España. En torno a esos cuatro motores hay que construir una unidad cuya base son hoy, sin ninguna duda, las grandes ciudades: el principal motor ahora mismo de modernización, futuro, alegría y dignidad de nuestro país.
España no entra en crisis política hoy. Lo lleva estando tiempo. Precisamente por ese deterioro democrático que se consagra hoy en Andalucía. A la crisis política e institucional que teníamos la única respuesta de cambio se la están dando las ciudades y están funcionando, por eso son la gran esperanza de España, por eso hay que defenderlas sin media tontería.
Junto a las ciudades, sólo el feminismo está en marcha como movimiento emancipador vigoroso. Por eso es el principal enemigo de la hidra: Vox recupera aquella propuesta de Ciudadanos de eliminar la violencia machista del Código Penal para diluirla en una violencia intra familiar y confronta, como Casado, con «las ideologías de género», es decir, con el feminismo y con los derechos del colectivo LGTBI, es decir, con los derechos de todos.
El feminismo y las ciudades son hoy el principal motor de una España alegre y moderna frente a esa alianza triste, rancia y turbia.
No es el momento de trincheras sino de horizontes. Las trincheras y los eslóganes de identidades por desgracia derrotadas abren las puertas de la hidra. Necesitamos contar un reto ilusionarte que no es tanto derrotar al fascismo construir construir una democracia ambiciosa y fuerte con la bandera de los derechos humanos. A este lado los que defienden todos los derechos humanos, su conquista efectiva para todas las personas que viven en España. Al otro los que desmantelaron el derecho a la vivienda y al trabajo, los que atacan los derechos de las mujeres y de inmigrantes y refugiados, los que quieren devolver España a ese oscuro pasado tenebroso y mugriento del que la España del siglo XXI ha conseguido huir con tantísimo esfuerzo.
Democracia, feminismo, derechos humanos y ecologismo. Desde las ciudades. Sonriendo, que es la mejor forma de enseñar los dientes.
Seguid apostando por la «centralidad» del tablero, y manteniendo esa equidistancia ante las reclamaciones identitarias, asimétricas, egoístas y tan poco de izquierdas. Seguid apostando por comprender salidas injustas vía referenda locales a problemas de todos. Seguid apostando por la construcción de sujetos políticos ultra fraccionados, con confluencias y mareas… Seguid abandonando principios tan de izquierda como la cuestión nacional.