Hasta hace algo más de cinco años y medio escribía en este blog prácticamente a diario. Probablemente nada demasiado interesante, pero a mí me servía para exigirme tener ideas más o menos ordenadas. Yo qué sé: a mí me gusta escribir y había gente que, por la razón que fuera, perdía un rato de su día leyendo lo que yo escribía.
Todo (y cuando digo todo no me refiero sólo al blog) cambió el 24 de enero de 2013. Ese día nació un chaval que, qué queréis, lleva su tiempo y no poca atención.
Acabo de volver de una semana de vacaciones. La tercera semana que he pasado fuera de Madrid este verano. El primer verano desde 2013 en que he podido leer en la playa y la piscina, el primero en que he podido escribir en casa. Es posible que estemos de vuelta. Quién sabe. Igual es sólo un buen propósito, como ir al gimnasio o hacer un máster sin ser del PP. Veremos.