Hace un año se celebró en Barcelona, como estos días, el Mobile World Congress. Coincidió con una huelga de metro. Así que Cristina Cifuentes decidió ser todo lo desleal que pudo con Barcelona para satisfacer su prioridad política: salir en los informativos aunque fuera con otra de sus noticias sin contenido. Madrid quería quedarse el Mobile World Congress, nos dijeron. Entonces se habló mucho de aquello: un año después nadie se acuerda porque no hay nada que recordar.
El fin de semana pasado se celebró en Madrid ARCO. Un año después donde hay una huelga de metro es en Madrid. Pero eso no ha afectado en absoluto a ARCO, porque la línea de Metro que va al recinto ferial, construida hace pocos años, está cerrada por obras: forma parte del desastre que ha generado el PP en la Comunidad de Madrid construyendo a toda velocidad unas líneas que sólo buscaban rédito electoral a corto plazo y beneficio para los constructores donantes.
A diferencia de lo que hizo la presidenta de Madrid, la alcaldesa de Barcelona (como el presidente de Cataluña) no ha aprovechado para atacar a Madrid. No ha sido fácil enterarse de la imposibilidad de ir a ARCO en metro porque a diferencia de lo que hicieron con la huelga del año pasado en Barcelona, los problemas de Metro en Madrid se mantienen en absoluto silencio. mediático. Pero en cualquier caso lo que no ha habido es un sólo gobernante de otros lugares atacando a Madrid e intentando aprovechar la situación para obtener un titular y deteriorar la imagen de nuestra Comunidad.
Imaginemos qué estarían diciendo las tertulias si este fin de semana hubiera salido Ada Colau o Puigdemont a decir que va a intentar llevarse ARCO a Barcelona. Estaríamos escuchando todos esos insultos que, por pleitesía en unos casos y buena educación en los otros, nunca se dirigen a Cifuentes.
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