Ayer entre las 17.30 y las 18.20 (hora a la que salen de trabajar miles de madrileños) el Metro de Madrid colapsó. En muchas líneas se quedaron parados los convoyes donde estuvieran (en medio de un túnel o en la parada) durante casi una hora. Sin ningún tipo de explicación, sin que la megafonía informara según contaban miles de ciudadanos encerrados. Según fuimos supiendo el control de mandos había perdido la conexión de la red y no funcionaban las señales que regulan la circulación.

Fue una metáfora perfecta del modelo de Madrid que colapsa. En los últimos años Metro de Madrid ha ido incrementando su precio (en ocasiones dos veces el mismo año) a una velocidad casi mayor que a la que se deteriora el servicio. El billete de 10 ya cuesta 12.20 muy poco menos que diez billetes sencillos (1.50), muy lejos de cuando ir en metro suponía un gasto casi despreciable. Por el camino el metro cada vez va peor. Averías, interrupciones, escaleras rotas, esperas… Ayer mismo, horas antes del colapso a las 7.30 había que esperar 11 minutos en la línea 1 para ir al trabajo.

En Metro de Madrid nos está pasando lo que en todo Madrid. Pagamos mucho más por todo: el IBI, el impuesto de plusvalía, las tasas de todo tipo, las vacunas que ahora hay que pagar y antes no, las medicinas… Eso sin contar las carencias de servicios públicos que llevan a tener que usar servicios privados carísimos. Y de nuevo por el camino todo funciona cada vez peor con unas administraciones municipal y autonómica arruinadas que desmantelan la sanidad, la educación, que reducen los servicios públicos al raquitismo y que está más preocupada en que no conozcamos el próximo escándalo de saqueo que en que la gente de Madrid viva un poco mejor.

Ayer Metro de Madrid colapsó. Y eso también forma parte de la metáfora: Madrid, su Madrid, el de quienes nos hacen la vida más difícil y más cara a la gente de Madrid colapsó. Y colapsó porque se produjo una desconexión absoluta entre el puente de mando y la realidad. Lo mismo que le lleva sucediendo a Madrid desde que el colapso de la taifa de Aguirre y sus mariachis toca a su fin.

El colapso de Madrid al que ha conducido esta gente, como el colapso de Metro de ayer, nos pilla a la gente de Madrid dentro, en los túneles, sin información, con poco dinero y bastante prisa. Pero se abrirán las puertas. Su modelo está agotado. Ya no llegan las órdenes de un puente de mando lejano y obsoleto. Toca que sea la gente la que dé esas órdenes. Y toca ya.