Las elecciones del 25M han supuesto varios terremotos políticos de los que uno de los más importantes es el auge de las fuerzas rupturistas democráticas y la reconfiguración del mapa de éstas. Por primera vez aparecen en todo el Estado tales opciones con porcentajes de votos muy importantes: sólo en Ceuta y Melilla la suma de estos votos no alcanza el 10% (y no falta mucho) y en la mayoría del país supera el 15%. Nunca fue así: siempre hubo zonas blancas en las que no aparecía un voto cuantitativamente relevante que escapara a PP y PSOE, y este cambio muestra que la quiebra del sistema de partidos dominante es algo muy extendido. Si de lo que se trata es de cambiar el país, no se puede ser marginal en ningún punto del mismo: es la primera vez que se da esta condición.
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