Cuándo un conjunto de células (incluido el conjunto de una sola célula) se convierte en un ser humano es algo arbitrario. Hay quienes ponen el límite en la conquista del óvulo por el espermatozoide. El Derecho Civil considera que hay persona a partir del nacimiento siempre y cuando el bebé sobreviva 24 horas. El islam dice que cuando el alma se insufla en el feto pero los distintos hadices ponen tal acontecimiento en distintos momentos (entre los cuarenta días y los ciento veinte días después de la concepción): en todo caso el islam permitiría una suerte de ley de plazos que el integrismo católico prohibe.

Ello no hace que hasta entonces haya barra libre para hacer lo que se quiera: no creo que haya ninguna ley en ningún país que permita interrumpir el embarazo hasta el momento del nacimiento pero ello no implica la estupidez de reconocer derechos al feto: implica la prohibición de interrumpir el embarazo cuando éste está avanzado; como está prohibida la automutilación sin que ello suponga que un brazo tiene derechos. De  nuevo el límite temporal es arbitrario. Y tal arbitrariedad se suele resolver por un criterio muy poco racional, pero alguno hay que tener y este es el más habitual: el criterio suele ser cuando empieza a parecer un bebé. Por eso las asombrosas campañas de la Iglesia Católica (aquel lince protegido) o la portada de hoy del diario falangista La Gaceta ilustran su no al aborto no con un feo cigoto sino con un precioso bebé de cerca de un año de edad.

El gobierno ha optado por una propuesta fanática: hay niño a efectos de aborto desde el momento de lafecundación. Por ello Gallardón hablaba ayer de los derechos del concebido (hasta ahora, dijo, el concebido malformado tenía menos derechos que el concebido sin malformaciones). Es ahí donde surgen algunas preguntas:

-Si estamos ante un sujeto de derechos, ante un niño ¿qué justificación tiene el supuesto de violación? Si se trata de un niño, éste no tiene ninguna culpa de que su padre fuera un criminal ni de cómo fue concebido. Desde la mirada supersticiosa de Gallardón estaríamos ante algo tan grave como asesinar a un niño de cinco años porque su padre fuera un violador, puesto que según su superstición, es tan niño a las dos semanas de la fecundación como cuando esté empezando a leer. La única justificación de este supuesto es que Gallardón sabe que el supuesto según el cual se es niño desde la fecundación es sólo eso: un supuesto arbitrario que se puede relajar en los casos más aberrantes. Reconociendo que es un supuesto arbitrario, ¿no sería más liberal (menos totalitario) que sea la madre la que decida en qué supuesto cree y no un gobierno el que imponga un único supuesto (el más reaccionario) para toda la sociedad? ¿Por qué se relaja el supuesto en función de la aberración de la situación y no en función de la libre decisión de la mujer? Una ley de plazos permitía esto: que una mujer, no el Estado, decida y si cree que desde la concepción hay niño, no aborte. Gallardón permite una ley de plazos en caso de violación lo cual supone según su lógica, legalizar el asesinato de bebés en función de quién y cómo sea su padre. Ni él se cree que haya niño desde su concepción pero impone a las mujeres el férreo cerrojo que él mismo evidencia no creerse.

-Si estamos ante un asesinato de un bebé, ¿qué justificación tiene eximir de responsabilidad penal a la mujer que decide el asesinato de su hijo? ¿Por qué se castiga al médico y no a la mujer que toma la decisión? ¿Nos imaginamos que el infanticidio fuera delito excepto si quien asesina al niño es la madre? Normalmente estos casos (últimamente hay uno así en la prensa) no nos parecen menos graves sino al contrario: mucho más aberrantes que el ya odioso asesinato de un niño con el que el asesino no tiene lazos. La única justificación de que la mujer no tenga responsabilidad penal es o bien que se considera a la mujer tontita y por tanto irresponsable o bien que se es consciente de que en absoluto estamos ante el asesinato de un hijo. De nuevo, ni Gallardón se cree que haya niño desde su concepción pero impone a las mujeres el férreo cerrojo que él mismo evidencia no creerse.

-La tercera pregunta es la única que puede contestarse sin asumir que no se creen su supuesto de que hay niño desde que un espermatozoide logra introducir su cabeza en un óvulo. Los diputados que legislarán según tal supuesto (y los medios que hoy jalean el proyecto de ley) consideran que abortar es asesinar a un bebé. ¿Admitirán a Letizia Ortiz como reina? Hemos sabido que Letizia Ortiz decidió interrumpir un embarazo. Para quienes defendemos eso como un derecho no supone ningún problema salvo la hipocresía de quien después se deja casar por Rouco Varela y simula ser una católica de velo y mantilla. Pero para el fanatismo católico español que nos gobierna esto supondría tener una reina infanticida. Sólo hay dos posibilidades que no son en absoluto excluyentes: de nuevo, que en realidad no se crean que el aborto sea un asesinato; o que cualquiera que sea su concepción de la vida colocan al poderoso al margen de normas legales y morales. Por eso tampoco habrá escándalos porque una mujer viaje a Londres a abortar, pues quien puede permitirse económicamente un aborto en Londres merece nuestro respeto: no tanto como la princesa, pero sí mucho más que una mujer que no tenga dinero para ir a Londres.

Son unos fariseos, son totalitarios, son unos machistas. Y son idiotas.