En lo que va de semana hemos visto al PP de Madrid con la artillería apuntando hacia el PP español: por un lado hemos recordado a todas horas la cantinela de que Moncloa nos roba, que tienen manía a Madrid y por eso nos financian demasiado poco; luego hemos visto a Esperanza Aguirre criticar a todo el grupo parlamentario del PP en el Congreso por aplaudir a Rajoy cuando dijo que lo que pasaba es que se había equivocado al confiar en Bárcenas; finalmente la presión del PP de Madrid al PP español se concreta: que aprueben de una vez lo que haya que aprobar para que el gangster de los casinos instale su macrochiringuito en la Comunidad de Madrid. Por primera vez desde que empezó a hablarse de Eurovegas el PP de Madrid reconoce que Eurovegas puede no venir a Madrid y ante eso estalla una tensión desconocida entre el PP de una comunidad autónoma y el PP nacional.

Que el problema de Adelson no es (sólo) el tabaco es evidente. Ya ha reconocido en Londres que tiene serios problemas de financiación y, en origen, no escondía que el Estado tendría que avalar los créditos que necesitara para el proyecto: tampoco es nada nuevo, si andamos rescatando las autopistas radiales, por qué no comprometernos a rescatar los casinos del mafioso vegano (¿no es ese el gentilicio de Las Vegas?). El proyecto es tan sumamente opaco que es imposible saber o imaginarse con un poco de criterio qué demandas se le habrán ocurrido al caballero, qué es por lo que realmente está presionando Ignacio González y Esperanza Aguirre.

adelsongonzalezDe lo que sí nos podemos hacer una idea es de que el botín que tiene que estar en juego es espectacular. Nadie en esas esferas se enfrenta tanto a su propio partido si no es por razones poderosísimas. Y si no son superiores al botín que le puede quitar a uno su partido. Si siguen tensando la cuerda a falta de un año para ir eligiendo las candidaturas autonómicas y municipales en un partido tan centralista como el PP y con las pésimas perspectivas que tienen en Madrid parecería que podrían llevarse un susto importante.

Adelson ha financiado partidos políticos de derechas (en EEUU e Israel abiertamente, dado que allí es legal), ha sobornado y comprado voluntades políticas. Sus delitos son investigados en medio mundo. No tenemos datos de qué ha hecho o prometido hacer en España. Tampoco sabemos qué llevó a Esperanza Aguirre a huir del primer plano hace un año.

Pero de lo que podemos estar seguros es de que si el dúo que domina el PP de Madrid hace una exhibición de nervios tan sorprendente como la de estos días es que se están jugando mucho, muchísimo. Ya no cabe dudar de que la reincidencia en un proyecto exageradamente propio de la política económica que nos hundió en la crisis no es un error; como la libreta de Bárcenas evidencia que aquellos proyectos no fueron un error de cálculo sino un cálculo muy poderoso.