Hace unos días Patxi López quería aprobar en el Parlamento vasco una resolución en la que además de acatar la sentencia que adoptara el Supremo se expresaba el deseo de que la decisión fuera legalizar Sortu. El Partido Popular le repitió la clase de aritmética parlamentaria que eligió el PSE para gobernar y un minuto después retiró la resolución.  Ayer, al conocer la sentencia aprobada por nueve de los dieciséis jueces, decidió colocarse del lado de esos nueve pero explicándole a Sortu que en el fondo es por su bien, que cuando sean mayores se lo agradecerán: el recurso ante el Constitucional da a Sortu “la oportunidad de romper de forma mucho más clara con ETA“.

Patxi López sabe perfectamente que en Euskadi todo el mundo entiende que es ilegal la decisión del Supremo. También lo saben los dirigentes políticos españoles que desde hacen tiempo dan a entender que el Supremo ilegalizaría, Sortu no estaría en los ayuntamientos y diputaciones y después el Constitucional admitirá el recurso de Sortu y el partido ya será plenamente legal.

Ese recorrido es también el que aparece aplaudido por Patxi López hoy. Ni rastro de esa posición según la cual deseaba la legalización del partido para las municipales (como siete jueces del Supremo). En una semana ha decidido que “los pasos de Sortu no han sido suficientes, pero que seguro que estos chicos lo consiguen en el Constitucional. ¿Qué pasos desconocía Patxi López la semana pasada antes de la llamada del PP que ahora conoce y que le hacen opinar que no han sido suficientes? ¿Qué pasos concretos más podría dar Sortu para que, según Patxi López, hayan roto “ de forma mucho más clara con ETA”.

Debe de ser duro gobernar con el PP e intentar ir de dialogante, de tener voluntad de paz, de ser razonable y defender que ser legal depende sólo de cumplir la ley. Pero es lo que ha decidido Patxi López: podría haber decidido no gobernar a falta de una mayoría que él considerase beneficiosa para Euskadi. Pero optó por buscar su elección. Y uno gobierna gobernando, no quedándose quieto en el centro de la plaza esperando que el toro no lo identifique.

Patxi López arriesgó más, tomó decisiones más valientes y aportó más a la sociedad vasca cuando estaba en la oposición. Podría entenderse que hubiera cambiado drásticamente de posición a raíz de la voladura de la T-4. Pues que exprese esa otra opinión. Lo que no se puede permitir un gobernante es basar su actuación en un equilibrismo retórico y en dejar que pase el tiempo. Si no quieren que le acusen de que quienes gobiernan Euskadi son Basagoiti y Rubalcaba, que gobierne de una vez.