Ayer ya no podíamos ver la revolución egipcia en Al Jazeera. Mientras Estados Unidos y Arabia Saudí desalojaban a sus nacionales de Egipto, Mubarak desenchufaba la señal de la única cadena que nos estaba permitiendo ver cómo se levanta un pueblo para liberarse de nuestro hijo de puta. Así que la impresión generalizada fue que si Estados Unidos desalojaba y Mubarak impedía que hubiera imágenes todo llevaba a pensar que Mubarak estaba preparando una carnicería de la que no quería testigos ni víctimas incómodas. Tal carnicería dependería de la voluntad del ejército de ensangrentarse contra su pueblo al servicio de Mubarak.

Como no podíamos ver la señal egipcia teníamos que buscar otras noticias de las que sí hubiera imágenes (“no lo estás viendo, no está pasando“). Una era la vuelta a España de la comisión judicial del caso Couso tras su viaje a Bagdad para reconstruir el asesinato de José Couso. Y con su llegada refrescábamos el recuerdo. También Al Jazeera jugaba un papel fundamental en la guerra de Irak. Como lo eran los corresponsales de guerra de los medios de comunicación de todo el mundo. Si alguien, como Mubarak, tuviera en mente una carnicería también tendría que desenchufar la señal de estos incómodos testigos.

Quienes tratan de difuminar el asesinato de Couso como uno de tantos incidentes de guerra (por ejemplo, el redactor del artículo sobre José Couso en la Wikipedia que sólo recoge la inverosímil versión del ejército estadounidense) tratan de que olvidemos qué pasó antes de que el tanque disparara contra el Hotel Palestina, donde todo el mundo sabía que estaba la prensa internacional. El ejército estadounidense estaba a punto de entrar en Irak, de hecho entraron al día siguiente sin ninguna resistencia para pasmo de todos. Pero podía haber habido resistencia. Así que, como Mubarak, el ejército estadounidense desenchufó las señales. Y el primer objetivo, como el de Mubarak, fue Al Jazeera. Por desgracia el ejército de EEUU tuvo menos respeto por los derechos humanos que su aliado Mubarak y desenchufó a lo grande: bombardeó la sede de Al Jazeera, bombardeó la sede de Abu Dhabi TV y disparó contra la terraza del hotel de los periodistas donde estaban Taras Protsyuk y José Couso. Dos sedes de televisiones con su personal dentro bombardeadas y el hotel del resto de los periodistas disparado para que el resto supiera que si pretendían informar de lo que pasaba en Bagdad les ocurriría lo que a sus dos compañeros.

EEUU hizo, con menos escrúpulos, lo mismo que ayer Mubarak. Y como sucedía con Mubarak cuando parecía que no corría peligro los asesinos de Couso han sido disculpados por gobiernos, medios e incluso wikipedistas camuflando el asesinato censor como un desgraciado incidente de guerra. Dicen quienes durante tanto tiempo han acompañado a Mubarak con apoyo político y mediático que lo que los egipcios quieren es tener un sistema de libertades como el de occidente. Espero que no, que no sea como el de occidente.

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