Anda circulando por Internet una propuesta cuya repercusión ha multiplicado el ex-futbolista Eric Cantona, recogiéndola en una entrevista en vídeo. Por si alguien no conoce la propuesta, se trata de que el próximo 7 de diciembre todo el mundo retire sus ahorros de los bancos. Como la banca no guarda nuestros ahorros sino que los usa para ganar dinero aprovechando que no nos coordinamos para sacarlo a la vez, el éxito por muy parcial que fuera de una acción así colapsaría (más) el sistema financiero mundial. De hecho, algo parecido sucedió en Argentina cuando la crisis del corralito: la gente no sacaba el dinero por espíritu revolucionario, sino por pánico, pero el efecto de la coordinación fue el mismo.
Normalmente la propuesta de Cantona no merecería demasiado ser tomada en consideración. El señor Banks en Mary Poppins tiene cierta razón en el vídeo que os pongo arriba: si cae el Banco de Inglaterra, cae Inglaterra. Vivimos en el capitalismo, amigos. El 7-D sería, digamos, una irresponsabilidad ciudadana, una suerte de suicidio colectivo en el improbable caso de que tuviera algún éxito. Digo, que esa sería la reacción normalmente.
Pero no estamos viviendo una situación normal sino que contemplamos día a día la más extraordinaria irresponsabilidad, una suerte de suicidio colectivo. Pero quienes lo está cometiendo no es la ciudadanía (nuestra demostración de responsabilidad es de ésas que se confunden fácilmente con la imbecilidad) sino precisamente el sector financiero. El Banco de Inglaterra es el que decide que Inglaterra (Irlanda o España, vaya) caiga.
La obscenidad de la respuesta a la crisis va escalando a pasos inimaginables. Irlanda, paraíso de los neoliberales, se hunde al llenar de dinero el agujero de un sistema bancario completamente desregulado y la Unión Europea y el FMI preparan para Irlanda un recetario consistente en más ultraliberalismo. Mientras, los mercados (financieros) apuntan hacia España: hunden su bolsa y suben el tipo de interés al cual comprar su deuda pública el primer día. El primer día de la operación especulativa, el lunes pasado, el gobierno se permite no colocar la deuda a tipos tan caros: no pide deuda a ese coste. Si los mercados se rigeran por la ley de la oferta y la demanda, ese movimiento del gobierno abarataría la deuda; pero como se rigen por la ley de la mafia, los mercados aceptan el pulso y encarecen el tipo de interés que ofrecen al Estado español hasta el máximo histórico. Dicen los periódicos que baja la confianza de los mercados en la deuda española y mienten. Los mercados tienen plena confianza porque han visto los casos griego e irlandés: han comprado deuda carísima con la excusa de que no era muy fiable y ahora está garantizada por la UE con aquel altísimo tipo. Han comprado caro porque era arriesgado y lo siguen cobrando carísimo estando asegurado.
Los mercados financieros están orquestando operaciones que llevan a la bancarrota a Estados y a miles de familias; los gobiernos se ponen al servicio de esos mercados para machacar a la ciudadanía y ceder a esas mafias el gobierno real sin ningún tipo de disimulo. ¿En esas condiciones nos van a pedir responsabilidad? ¿Viendo lo que nos hacen los bancos tras socializar sus pérdidas se nos pedirá que no ataquemos a los bancos para no causarnos más daños? ¿Con esos prosistema nos van a acusar por ser antisistema?
No tengo claro que lo que haya que hacer es lo que se propone para el 7 de diciembre, pero viendo la actuación de los poderosos el cuerpo lo que pide es que por una vez los irresponsables seamos nosotros. Y esta vez la cabeza acompaña porque desde hace tiempo pide que les demostremos que no sólo ellos pueden mandarlo a la mierda todo. Que a nosotros también nos tienen que generar confianza.
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