La sorpresa electoral de las últimas elecciones catalanas fue la obtención de 3 escaños de Ciutadans, gracias a los 90.000 votos (3%) obtenidos. En Valencia se les hubiera excluido por no llegar al 5%: Catalunya es más democrática y respetuosa con las minorías.

Muchos han criticado el rancio derechismo elitista que disfrazan con un discurso supuestamente moderno e ilustrado (aunque limpiarse el culo con los periódicos que nos disgusten está muy visto y no demuestra un ápice de ingenio…). Hace poco, en un estupendo artículo, Culla i Clarà enfatizó las similitudes entre un viejo proyecto (con éxito análogo) de Federico Jiménez Losantos con el de Ciutadans (tan apoyado por Federico y otras jotas) y la extrañeza por el origen de los cerca de dos millones de euros obtenidos por un partido nuevo (por tanto, extraparlamentario) para su ingente campaña (financiada por los militantes, según el partido.

Hoy hemos sabido el origen político de Rivera que él ocultó (y oculta, aunque con pocas probabilidades de éxito, dado que él mismo firmó su alta y solicitó su baja hace seis meses): se afilió al PP cuando toda persona progresista lo habría hecho: a las pocas semanas de la gloriosa invasión de Irak en 2003. Aconsejo la lectura entusiasta del relato de los hechos en El Periódico.

Actualizado 23 de noviembre: Parece ser que el pollo se afilió al PP en el 2002 y no en el 2003. La cosa no cambia demasiado, y, desde luego, el fondo es el mismo. Y Albert Rivera un mentiroso.