El PP catalán, en su búsqueda incansable del voto moderado, constitucionalista y de centro-derecha, sacó ayer un vídeo en el que Alicia Sánchez-Camacho volaba sobre una gaviota inmensa mientras asesinaba a bombillazos a negros y destruía banderas independentistas. Todo el mundo ha entendido que negros y banderas eran simbólicas: cuando desintegra banderas esteladas no ataca a la industria textil que tanto bien ha hecho a Cataluña, sino que hemos interpretado que estaba limpiando el país de chusma independentista; pero, sobre todo, la lideresa nunca mataría a todos los negros, sino sólo a los que son inmigrantes ilegales (a cambio, incluimos también a los moros y rumanos): los negros catalanes pueden votar y no es bueno anunciar diez días antes de las elecciones que entre tus objetivos está la limpieza étnica salvo que los limpiados estén excluidos del censo electoral.

Afortunadamente entendemos los símbolos: ayer todos los medios explicaban el polémico vídeo en el que Sánchez-Camacho destruía “inmigrantes ilegales e independentistas” porque habían sabido interpretar qué significaban los negros y las banderas. Pero la maldita dictadura de lo políticamente correcto nos atenaza y tampoco nos gusta que parezca que queremos convertir Cataluña en un matadero de inmigrantes, así que la excusa es que una empresa, cuyo nombre sorprendentemente el PP no denuncia,  ha puesto  inmigrantes ilegales a liquidar cuando lo que le preocupa a Alicia Sánchez-Camacho son las mafias de la inmigración que asolan Cataluña y maltratan a los pobrecitos inmigrantes que lo que querrían es estar en su país y no robando, vendiendo droga y planeando atentados islamistas en Cataluña. Sobre la matanza de independentistas nadie ha protestado ni el PP ha rectificado, así que ese proyecto no debe de ser error de la misteriosa empresa.

Afortunadamente, insisto, sabemos entender los símbolos. Si nuestra lideresa dice abiertamente que los inmigrantes son mierda (algo que podría deducir un observador de la campaña del PP -y de CiU, y de ERC- que no estuviera avisado de la conspiración que sufre el partido), los giliprogres podemos denunciar su fascismo y Savater se vería obligado a sacar otro manifiesto defendiendo su libertad de expresión frente a nosotros, los inquisidores. Pero si lo que nuestra lideresa dice es que uno de los dos grandes problemas de Cataluña son las mafias de la inmigración (no el resto de mafias) entendemos perfectamente que lo que le preocupa a Alicia es la inmigración, pero dicho de una forma más fina: ¿acaso vosotros estáis a favor de las mafias? No decimos que estamos en contra de los extranjeros, sino de las mafias; no en contra de los moros, sino de las mezquitas y su radicalismo; no nos molestan los rumanos, sino que nos preocupa la seguridad. ¡Ah! Y los pisos patera, qué horror. Lo decimos así para que nos entienda todo el mundo sin que nos critiquen los giliprogres de la dictadura de lo políticamente correcto.

La rectificación del PP es mentirosa no sólo porque sea increíble que se ponga un vídeo electoral en la web de un partido sin que lo haya visto la alta dirección del partido, sino porque la rectificación no es de fondo sino de forma. No es que el vídeo no debiera decir eso, es que el vídeo no lo debía decir así. Parafraseando a De Quincey, lo malo del fascismo es que a veces te salen vídeos groseretes.

Pinche aquí para ver el vídeo

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