Los mercados andan de nuevo al acecho. Sólo dos meses después de que nuestros supuestos gobernantes nos sacrificasen en sus altares, los mercados quieren más sangre. Ahora van por Irlanda: o su gobierno se entrega a un plan de rescate consistente, como vimos en Grecia, en permitir que otros le ordenen cómo debe desmantelar lo que le quede de Estado social o los gnomos de Zurich se encargarán de darles una buena lección (¿es que no la aprendimos en mayo?).

Detrás va Portugal. A Portugal los mercados le  piden que el gobierno le dé la mano a la oposición y ambos se peguen un tiro en un pie de la ciudadanía portuguesa. Portugal tiene que aprobar mediante un gran pacto un plan de ajuste brutal y desgarrador. O eso, o vienen los gnomos. Y si vienen los gnomos, plan de rescate que te crió.

Por el camino se va filtrando el nombre de España. Y el gobierno nos explica geografía: ya os hemos dicho muchas veces que Irlanda no tiene nada que ver con Euskadi y que Euskadi es España, ergo Irlanda no tiene nada que ver con España. Pero el nombre de este país ya se ha filtrado, así que el gobierno será responsable y seguirá haciendo las reformas necesarias para tranquilizar a los mercados. Antes de que nos peguen ellos, ya nos sacude el gobierno.

Ni Irlanda ni Portugal tienen nada de nada que ver con España pero por si acaso el ministro de Trabajo demuestra a los mercados que se van a atrever hasta con los más machacados: ayer mismo, mientras Elena Salgado daba lecciones de geografía, Valeriano Gómez pedía “sacrificios a los jubilados: pueden estar tranquilos los mercados, que nuestro gobierno se atreverá a entregar todos los sacrificios que precisen tales dioses.

Se avecina la segunda oleada golpista tras mayo. Entonces fue Grecia el país diseccionado ad maiorem gloriam mercatorum. Gran éxito: con el Estado desmantelado y la supuesta democracia puesta en evidencia Grecia sigue hundida y con el déficit (¡ese monstruo que iba a ser combatido por el rescate sufrido!) por las nubes.

Sobra la retórica: no hace falta que lo llamen rescate, que se inventen soportes teóricos de una ciencia económica más ideológica que un doctorado honoris causa en la Universidad Católica de Murcia. Los mercados mandan. Mandan porque los gobiernos optan: los nuestros han elegido obedecer a esos mercados en vez de gobernar al dictado de la ciudadanía, de los trabajadores, de quienes pagan la crisis causada por esos mercados. No hace falta disimular con retóritcas: ya todo el mundo se ha dado cuenta de lo que pasa. De lo que mucha gente no se ha dado cuenta es de que podría no pasar. Pero como nos demos cuenta de eso, se puede armar gorda.

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