Ayer los sindicatos mayoritarios anunciaron lo evidente: las agresiones a los trabajadores que está firmando el Gobierno serán respondidas con una Huelga General. Anunciaron que se van a tomar su tiempo para que la huelga sea un éxito: “las huelgas no se convocan, se ganan“. No estoy necesariamente de acuerdo: no pasaría nada si una huelga inmediata no es un éxito cuantitativo siempre y cuando sea el inicio y no la culminación de un ciclo de movilizaciones que pudiera incluir otras huelgas más que muestren la fuerza creciente de la respuesta. Sin embargo, he de reconocer que me convencieron ayer al mostrar un entusiasmo casi olvidado e insistir en que harán esta huelga para ganarla.

Se juegan mucho los sindicatos. Desde que se ha puesto en la primera línea del debate la posibilidad de una huelga general es imposible escuchar una sola defensa de los sindicatos en los medios de comunicación. Los sabios tertulianos más progresistas nos convencen de que, ya que nos tienen que pegar, mejor que lo haga quien nos quiere: nadie hace el menor esfuerzo en convencernos de que sea cierto que nos tengan que pegar, porque carecen de más argumento que la sumisión ante los poderosos, precisamente aquello contra lo que nació la izquierda. Ayer, ante la confirmación de que habrá huelga se puso en marcha esa pinza que va desde Díaz Ferrán y Cospedal a los ministros del PSOE que pusieron en marcha el modelo que nos ha llevado a esta crisis: Solchaga, Solbes y Boyer, quien tras su exitosa estancia en FAES ahora defiende a Zapatero y sus ajustes de derechas.

La campaña cala. Resulta peculiar lo que los lectores del blog de Nacho Escolar han votado en la encuesta que les propone: no están nada de acuerdo con la reforma laboral, creen por abrumadora mayoría que no va a contribuir a crear empleo… pero no harían la huelga general. Se ha instalado con mucha fuerza un cinismo sindical consistente en denunciar la pasividad de los sindicatos precisamente cuando hacen un esfuerzo para responder a los golpes que canaliza el gobierno. “Tenían que haberlo hecho antes”, “Una huelga de un día no sirve de nada, tendría que ser una huelga indefinida”,… Como lo que quiero es emborracharme, no me tomo ni una caña.

Los sindicatos van a tener que generar mucha movilización, hacer mucha pedagogía, rescatar el justísimo resentimiento social. La debilidad no es sólo organizativa, sino sobre todo cultural. Toda la sociedad se juega el modelo político, social, cultural y económico que tendremos ¿tras? la crisis, pero los sindicatos se están jugando su razón de ser. De momento lo deben de estar haciendo razonablemente bien, cuando tienen a todo el poder político, económico y mediático en contra.

____________________________

Ahora mismo sólo hay una gran movilización convocada: el 27 de Junio en Madrid, Izquierda Unida, la única fuerza política que está defendiendo en la calle y en las instituciones a los trabajadores, ha convocado en Madrid una manifestación de todo el Estado bajo el lema “Luchamos por el empleo, por una alternativa social a la crisis” al día siguiente de la I Asamblea de Refundación de la Izquierda. Es imprescindible que estemos todas.

Click here to view the embedded video.

Si te ha gustado, ¡compártelo!:

Twitter
Facebook
del.icio.us
Bitacoras.com
Technorati
Meneame
RSS
Print this article!
Turn this article into a PDF!