La Unión Europea condenó el ataque de Israel a la Flotilla humanitaria. Pero no retira a Israel el status de socio comercial prioritario porque lo comercial es prioritario. España condena el ataque de Israel pero no anuncia que vaya a dejar de venderles armas para que, al menos, los asesinatos no sean Made in Spain. Tampoco se ha comprometido a acompañar con fuerzas militares a los próximos barcos de ayuda humanitaria: eso se reserva a los piratas somalíes que sí que son malos. Ni expulsaremos al incalificable embajador Rafael Schultz que ayer justificó los asesinatos diciendo que había seiscientas personas e Israel mató a diez “y no a cien ni a doscientas“. Ningún país cuestiona la reciente incorporación de Israel a la OCDE. El premio Nobel de la Paz lamenta el crimen de ayer y lo lamenta tanto que se ha quedado sin voz: al parecer Netanyahu tenía previsto entrevistarse hoy con él y como la foto iba a quedar un poco ensangrentada la han aplazado. En New York el Consejo de Seguridad lleva once horas reunido porque no se ponen de acuerdo: van a pedir una investigación, pero el país presidido por el Nobel de la Paz pide que esa investigación la realice el propio Estado de Israel.

Ni Irán ni Corea del Norte han derribado barcos con ayuda humanitaria en aguas internacionales. De haberlo hecho la discusión en el Consejo de Seguridad no sería sobre quién investiga sino sobre cuándo bombardeamos. Hace poquísimos días había un acuerdo internacional para convertir Oriente Medio en un área libre de armas nucleares. No fue Irán quien se desmarcó de ese acuerdo, sino Israel. El peligro nuclear, amigos, lo traen Irán y Corea del Norte: no ponemos en duda la maldad de Kim Jong Il y Ahmadineyad, pero tanto los antecedentes (el uso del fósforo blanco en el bombardeo de Gaza del año pasado, por ejemplo) como esta negativa al desarme nuclear conjunto hacen que a cualquier observador neutral le parezca mucho más probable que Israel use un arma nuclear en alguna de sus exhibiciones de crueldad: Corea del Norte e Irán pueden estar gobernados por bocazas, pero tienen un largo trecho que recorrer si quieren alcanzar los crímenes internacionales cometidos por Israel en los últimos años. Pero el informe de Obama de hace unos días (que suponía un giro radical respecto a la diplomacia de Bush) señalaba a Corea del Norte y a Irán como peligrosos, no a Israel.

Nada cambiará con los asesinatos de ayer. Quizás durante una semana los tirones de oreja sean un poco más tensos que otras veces porque uno puede matar palestinos pero es un exceso tratar igual a europeos. Puede incluso que durante dos semanas nadie quiera hacerse fotos con representantes del gobierno asesino de Israel: hasta el sincomplejos de las Azores ha aplazado una de esas fotos. Y luego volveremos a la marcha: al socio comercial prioritario, a la venta de armas, a la incorporación a organizaciones internacionales…

Volverá la nada. Hasta la próxima: nuevos comunicados y nueva nada.

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