Hace algo más de un año se celebró una Asamblea Regional de IU-CM insólita: los diferentes sectores de esta complejísima organización decidimos enterrar el hacha de guerra e ir a una lista única que simbolizara una nueva forma de dirimir las diferentes posiciones internas que afortunadamente existen en toda organización de izquierdas. El viernes se celebró un Consejo Político Regional que fue mucho menos insólito pero que en buena parte cierra el año político en IU-CM abierto en aquella Asamblea.

Aquel acuerdo no sólo suponía el fin de la permanente guerra civil en IU-CM, sino la integración efectiva de todos los sectores en la dirección con labores ejecutivas. Durante estos meses se han producido cambios efectivos. Uno de los más ilusionantes ha sido la constitución de Mujeres de IU-CM, un espacio que ha dado lugar al consenso y a la participación real junto con el movimiento feminista en sus luchas. También Jóvenes de IU-CM se ha puesto a trabajar con gran unidad (y no sin dificultades) y también ha tenido presencia en movimientos sociales.

En general, la presencia de IU-CM en movimientos sociales ha sido mucho mayor que en anteriores épocas y grandes compañeros han participado activamente en la organización de manifestaciones, del Foro Social Mundial, de Enlazando Alternativas… Las movilizaciones contra la impunidad del franquismo también han tenido entre sus fraguadores a activistas de diversos orígenes, pero también a personas importantes de IU-CM, alguna de los cuales se dejó horas y horas en la preparación de la concentración permanente y de las manifestaciones que hubo mientras se leía por ahí que nadie de IU había movido un dedo contra la impunidad.

Durante este año se ha promovido una campaña por una Alternativa Social a la crisis que posiblemente no haya tenido el calado en la sociedad madrileña que merecía, pero que sin duda ha colocado a IU-CM en un discurso nítido de salida de izquierdas contra la crisis mientras nuestros gobiernos (estatal y regional) se entregan con diverso grado de entusiasmo a la profundización neoliberal en la crisis. Se ha situado muy bien el centro del debate aunque algunos pudieramos esperar más énfasis en algunas de las ramas (corrupción, devastación medioambiental) que salen del tronco neoliberal. IU-CM ha sido capaz de ofrecer 100 propuestas económicas para una salida social a la crisis mientras el PP y el PSOE ofrecen cien sacrificios humanos al dios mercado. Ese trabajo ha sido muy positivo y coloca a IU en condiciones de presentarse como la única alternativa al modelo neoliberal de respuesta a la crisis en Madrid, como en el resto del Estado.

En el orden interno se ha intentado la resolución de buena parte de conflictos antiguos. En algunos casos se han interpuesto intereses de pequeñas faccioncitas arcaicas; en otros se avanza por un buen camino y podemos pensar que alguna gente que lleva demasiados años fuera de IU-CM vaya a volver y constituya Asambleas donde hasta ahora sólo había caciques. Algunos equipos se han constituido con gran transversalidad anteponiendo la voluntad y capacidad de trabajo a los sectarismos introspectivos. Asimismo se han puesto los cimientos para que los censos sean incuestionables y no ha habido conflictos que hayan devenido en expulsiones por muchos cantos de cisne que alguna gente haya intentado graznar: eso es, afortunadamente, el pasado.

¿Todo maravilloso? No. Especialmente por el cierre simbólico de este año. Digo que se cerró el viernes con una elección de listas autonómicas y municipales. En ese proceso las bases no han tenido ningún papel y nos hemos limitado a buscar una paz por arriba alcanzando acuerdos entre familias o intentándolo hasta el último día. Incluso la propia votación en los órganos arroja la sombra de actuaciones sorprendentes por parte de quienes también dificultaron que los conflictos antiguos se resuelvan. Esa falta de implicación de las bases en todo el proceso de elección de listas ha ahondado en una desmovitivación de la militancia y en que las listas sean más fruto de la suma de familias que de la participación y la búsqueda de las personas más capaces y comprometidas. Tampoco los habitantes de Madrid capital hemos podido elegir nuestra candidatura como sería razonable. En todo caso, reconozco que en la Asamblea Regional no fueron asumidas las reformas internas que proponíamos algunos para democratizar estos procesos: me hubiera gustado otra situación, pero reconozco la legitimidad y legalidad de ésta, aunque la considere fruto de un error mantenido innecesariamente.

Tampoco la refundación avanza al ritmo que debería. Desde la secretaría de refundación de IU-CM se organizó un acto muy positivo que daba las claves a las asambleas de base para lanzar los foros de refundación locales y sectoriales. Algunos de los sectoriales sí avanzan: los jóvenes están preparando uno, hay otro convocado sobre educación, administraciones públicas… y otros en los que se fusiona en Madrid lo federal y lo regional porque en ellos no tiene sentido la duplicación de espacios. Pero las asambleas locales no se han lanzado en general a la constitución de foros para la refundación de la izquierda pese a estar habilitadas para ello. Allí donde lo hemos hecho hemos comprobado la buena recepción de los mismos cuantitativa y cualitativamente (activistas con muchas ganas de arrimar el hombro pero ajenos a la vieja IU), pero son pocas las asambleas que han dado ese impulso simplemente por falta de voluntad aunque a veces haya sido compatible con protestar por la pasividad de otros ante la refundación.

Otra situación a rectificar es la aparición durante este año de un conflicto a raíz de la elección del cabeza de lista a las autonómicas, que fue respondida por un sector con la ruptura del acuerdo de la Asamblea Regional. Esa ruptura ha sido escenificada con plena contundencia, elevada a los medios de comunicación entusiastas y bajada a veces a ataques personales fruto de fobias adquiridas. Cómo se reconduzca este conflicto es algo que se me escapa y, desde luego, no soy yo quien esté en condiciones personales de facilitar el reencuentro (por mucho que lo considere necesario) y además reconozco que no me creo mucho de lo que se dice en defensa de algunas posiciones. Pero su solución es imprescindible para quienes estamos comprometidos de verdad con un proyecto de izquierdas que dé respuesta urgente a la ofensiva neoliberal sin rendirse al primer chantaje como acostumbran los gobiernos estatal, autonómico y muchos ayuntamientos en manos de distintos partidos. IU-CM merece ser diversa (y a veces lo es hasta causar risa) pero la diversidad en el seno de la izquierda no puede resolverse a base de insultos, enfrentamientos, insidias, broncas calculadas tácticamente, sino de debate, participación y reencuentros perfectamente posibles. Con todo, la conflictividad histórica de IU-CM hoy está muy localizada mientras en el resto se mantiene la bendita pluralidad pero sin cuchillos en los dientes.

Lógicamente tampoco comparto algunas de las posiciones políticas que hemos tenido (aunque evidentemente sí la mayoría), pero tengo la suerte de haberlo podido expresar en los órganos, aunque sea perdiendo esas votaciones. Asumo que estoy en minoría en esas cuestiones e intentaré convencer de que son acertadas para que en el futuro sean las posiciones del conjunto de IU-CM.

Ha sido un año en el que IU-CM ha mejorado en cuestiones importantes y que por ello ha merecido la pena. Creo que estamos en condiciones de constatar las deficiencias que perviven para subsanar buena parte de ellas en el futuro más inmediato (sin duda la que hace referencia a la refundación debe corregirse sin esperar un día) y de asentar las mejoras. El segundo año, que empieza mañana, será muy distinto tanto por cambios internos como, sobre todo, por la extraordinaria situación política que se avecina. La agenda política viene marcada por una brutal crisis devastadora política, social y económicamente en cuya respuesta nos encontraremos en solitario junto a los sindicatos mientras nos acercamos a las elecciones autonómicas y municipales de dentro de un año. Mientras, podríamos estar a las puertas de una inminente huelga general, de varias medidas de ajuste más insospechables y quién sabe si de elecciones generales, gobiernos de concentración, etc… Estamos en una película en la que es imprevisible la próxima secuencia.

Sólo cabe plantearnos cómo facilitar una respuesta de izquierdas a los ataques europeos, españoles y también, con especial entusiasmo, en Madrid. Para ello, además de hacer buenos discursos, tenemos que hacerlos plenamente resistentes a nuestras prácticas. Probablemente no haya sido un mal año para IU-CM, pero quedan avances por lograr y tenemos enfrente muchos retos urgentes. A por ellos, IU.

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