Cual chulo de discoteca, Nacho González, el vicepresidente de la Comunidad de Madrid espetó a Fausto Fernández que «eso no me lo dices en la calle«, refiriéndose a que si Fausto no fuera inviolable por ser diputado le metía dos querellas en toda la boca que le dejaba la cara del revés. Además le llamó miserable, porque hijoputa lo reservan a los compañeros de partido.

Fausto Fernández había preguntado por la sentencia que muestra que el campo de golf que ha plantado en Chamberí no sólo es un disparate: además es ilegal, porque sólo había licencia para construir un parque público. Fausto comentó que eso se une al beneficio que, casualmente, han obtenido quienes hacen negocios con la familia de Ignacio González, y González le avisó: «Eso no me lo dices en la calle«.

El chulo de discoteca suele ser un bravucón bastante cobarde. En realidad el propio Fausto ya se lo dijo en la calle: en un programa de Telemadrid Fausto Fernández explicó los vínculos familiares de Ignacio González con los concesionarios de las obras y la gestión del campo de golf de Chamberí. También Inés Sabanés explicó a los vecinos la compleja trama familiar en una charla organizada por Parque sí en Chamberí. Pero si de algo sabe Ignacio González es cómo evitar que se le aplique la ley (la propia declaración de interés general del campo de golf para saltarse una orden de paralización de obras es un ejemplo de libro), así que sabe perfectamente que los diputados son inviolables no por estar en recinto parlamentario, sino por ejercer su labor de diputados y por tanto, en la calle, tampoco le podría sacudir las dos querellas que le pide el cuerpo.

Pues bien, Nacho, queréllate. Porque no sólo han señalado Fausto e Inés la compleja trama familiar que une a Ignacio González, presidente del Canal de Isabel II, con las empresas a las que el Canal de Isabel II adjudicó las obras y la gestión del funesto campo de golf. Manuel Rico lo señaló en la revista Tiempo y en Público. También Pilar Velasco dio importantes informaciones al respecto en la SER. Yo mismo lo he denunciado en este blog decenas de veces y otras cuantas en la Junta Municipal de Chamberí cuando era portavoz de IU.

Evidentemente Nacho González ha leído todas las informaciones dadas por Manuel Rico. Seguro que le han contado lo que decía la SER, aunque él escuchara las emisoras a las que daba sorprendentes licencias la Comunidad de Madrid. No creo que lea este blog, pero la Junta de Chamberí está plagada de aguirristas que podrían haberle informado de lo que decía un pobre vocal de distrito de sus chanchullos. Manuel Rico, Pilar Velasco y yo, como tanta otra gente que ha escrito y hablado en la calle, carecemos de inviolabilidades parlamentarias. Y en ningún caso Ignacio González nos ha sacudido esas dos querellas en la boca. No sabemos quién es el autor del dossier sobre Ignacio González cuyo capítulo 4.2 está dedicado a los «delitos de prevaricación«, aunque le podría preguntar a Rajoy, que tuvo en sus manos tal dossier: sí, el Rajoy que forzó la renuncia de González a presidir Cajamadrid es el mismo Rajoy que conocía este dossier.

La chulería «eso no me lo dices en la calle» tiene una respuesta muy sencilla: «ya te lo hemos dicho en la calle«. Y ni una querella, oye. ¿Por qué no te querellaste entonces, Nacho, que nos tenías en la calle, como a ti te gusta? Sólo se me ocurre que no nos dio una tunda de querellas porque no puede acusarnos de mentir.
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Han escrito también al respecto don Ricardo, Imagina y Reyes. La palabra chulo es la que más se repite. En eso ha sido hábil Ignacio González: ha conseguido que nos centremos en que es un macarra y no en que sus chanchullos ilegales han destrozado, de momento, un barrio.