Veo en el blog de Rafael Reig una idea tomada de «un artículo de Carlos Fuentes, que es uno de mis humoristas favoritos.» Da cuenta de un artículo de Fuentes en el cual explica lo merecido que fue el Nobel a Obama, no porque éste haya hecho nada, sino porque la extrema derecha estadounidense lo recibirá como una sonora cachetada. A partir de ahí Reig desarrolla una idea sobre los premios contra alguien por persona interpuesta que merece ser leída.

Me ha venido a la cabeza el interesante debate sobre el premio Príncipe de Asturias de la Concordia que le dieron a la ciudad de Berlín, evitando dárselo a Marcos Ana, a favor de cuya candidatura se montó una hermosa campaña.

Si le llegan a dar el premio a Marcos Ana, probablemente habría sido un premio contra Marcos Ana y contra quienes denunciamos que la Transición es un régimen que no se sigue llevando al franquismo en la mochila: ¡Cómo dices eso! – habrían dicho los adeptos al régimen – ¡Si hasta le damos el premio más monárquico a un comunista y republicano que se pasó más de medio franquismo en la cárcel por sus ideas!

Sin embargo, al negarle el premio a Marcos Ana y dárselo a Berlín hemos tenido un premio contra la Transición, que se muestra incapaz de reconocer a las víctimas del franquismo, que tiene que dar un premio a una ciudad para no dárselo a una persona.

Interpretándolo como premio contra no cabe duda de que la candidatura fue muy arriesgada, pero gracias a que no ganó Marcos Ana, ha sido un exitazo: la candidatura ha mostrado la naturaleza del Régimen y permitió deslegitimar unos premios a mayor gloria de una familia cuya existencia muestra que Leti tiene razón: nuestra sociedad no valora el esfuerzo y gracias a eso ellos viven como dios.

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En su momento escribieron sobre el premio Rafa Hortaleza, Javi Busto, Pascual Serrano y Jorge García Castaño.