Han montado en Facebook un grupo que reivindica que se boicotee a PRISA el 15 de octubre por su reciente campaña contra el gobierno movido por los intereses del grupo respecto a la TDT. No me parece mal ante el chantaje que plantea el grupo al PSOE que los militantes socialistas traten de responder. No me importaría solidarizarme con ellos si fuera la primera vez que PRISA hace un chantaje de este tipo o si en anteriores chantajes los militantes socialistas se hubieran rebelado como ahora.

No fue así. En Un polaco en la corte del rey Juan Carlos (el mejor libro para comprender los años noventa en España) Vázquez Montalbán preguntaba a Jesús Polanco por qué su grupo maltrataba con tana saña a Julio Anguita. Polanco explicó sin rubor que Anguita (o sea, Izquierda Unida) defendía la desconcentración de medios de comunicación y que por lo tanto tenía que ser tenido como un enemigo por el grupo PRISA (y tratado como tal en sus medios de comunicación). PRISA llegó a fabricar la relevancia de un grupo cuyo objetivo era dinamitar IU: la recompensa a los más importantes instrumentos de la operación la pagó el PSOE (con parquedad a Cristina Almeida y con sorprendente generosidad a López Garrido, aquel rebelde que no se callaba una crítica y que ahora es el ejemplo de la complicidad diplomática ante las fascistadas de Berlusconi). No hubo boicot a PRISA.

Ya en los noventa PRISA ha ido presionando contra procesos democráticos y de izquierdas en América Latina mientras apoyaba a Uribe. En complicidad con las mentiras de éste, El País dedicó una página a mezclar a una compañera de IU y a su abogado (Enrique Santiago, compañero e importante dirigente de IU) con la actividad armada de las FARC. Algo bastante más grave que criticar la gestión de una crisis económica. Tampoco hubo boicot a PRISA.
No ha habido boicot a PRISA en ninguno de los momentos en los que la empresa decidía atacar con absoluta virulencia a quien no se sometiera a sus intereses. Por primera vez ha sido un gobierno socialista quien es víctima de una operación de chantaje mediático de este tipo.

Lo siento: es lo que hay, lo que ha habido desde hace mucho tiempo y ante lo que muchos estuvimos en soledad porque a otros les venía bien o, en el mejor de los casos, les daba igual. Si PRISA abandona el chantaje a Zapatero y sigue con sus víctimas habituales se suspenderá el boicot, no porque el grupo sea más honesto en su línea editorial, sino porque no será víctima uno de los nuestros.

La operación de chantaje a Zapatero desatada por PRISA posiblemente haga daño al PSOE, pero destroza la imagen de PRISA ante muchos de sus clientes. Sin embargo, antes hubo otras, más graves, contra enemigos más débiles y no hubo boicots y muchos seguimos escuchando, leyendo y viendo, entre otros, los medios de PRISA (o no, que muchos hace tiempo que dejaron de hacerles caso).

Este boicot se promueve para que se siga haciendo chantaje sólo a los de siempre. Y como formo parte de una de las organizaciones que somos los de siempre, el día 15 compraré El País, como cada día, escucharé la SER a las horas a la que suelo hacerlo y posiblemente vea algún informativo de Cuatro. Como cada día, vaya. Como cuando chantajeaban a Anguita, Chávez, Evo… Como cuando hablan bien de Uribe.

Nada ha cambiado: sólo la víctima.