Los datos que está descubriendo El País sobre la cutre CIA que se ha montado Francisco Granados (uno de los mamporreros políticos de Esperanza Aguirre) vienen a explicitar un caso concreto de la siciliación que está viviendo Madrid. La Cosa Nostra madrileña actúa conjuntamente, sí, pero a poco que se escarba nos encontramos con famiglias que están dispuestas a lo que sea con tal de preservar su situación de poder respecto a las otras, mientras Madrid (su sanidad, su educación, su agua,…) se va arrancando de las manos públicas para repartir las migajas entre las famiglias y los amigos de las famiglias.

El primer día supimos que Francisco Granados se había montado un equipo paramilitar que, entre otras cosas, espiaba a rivales políticos (de fuera o de dentro del PP). Eso no importó a las máximas autoridades de Madrid Viceel malo es El País, que está en campaña contra el PP. Eso de no desmentir las acusaciones, sino limitarse a señalar una campaña de la que uno es víctima es un truco tan tonto como universal que sólo muestra que no hay nada que aducir: lo hemos visto tantas veces de lejos y de menos lejos… Eso sí, llamaba la atención la complicidad que se tenía con la organización de una parapolicía política mientras todo el mundo pensara que espiaría a socialistas, izquierdistas y derechistas desviados (hoy sabemos que efectivamente Cobo también ha sido espiado).

Ay. En cuanto nos enteramos ayer de que Ignacio González(otro de los lobos que crecen amamantados por la capesa) también ha sido espiado legalmente, saltan las famiglias a defender a uno de los nuestros. Cual beatos ofendidos, Esperanza Aguirre, Granados y el propio González exigieron una investigación de la Policía y de la Fiscalía: el día anterior los espionajes les importaban un bledo, pues el malo no era el espía, sino el periódico que tiraba de la manta.

Ni la víctima del espionaje queda tampoco en absoluto bien. Ya sabíamos que Ignacio González suele manejarse por los organismos públicos prestando una máxima atención a los asuntos familiares. El propio servicio de paras madrileños habría descubierto al menos dos asuntos turbios más en los que aparecen bolsas de plástico con regalos de parte del amigo constructor y viajes a Sudáfrica pagados con ocho mil euros en metálico. ‘Porque me venía bien así‘, dijo ayer González: no podemos dudar de que le vinieron muy bien esos ocho mil euros en metálico. El asunto es que el informe de los paras afirma que lo que mejor le ha venido a González es que los ocho mil los puso un empresario agradecido por las concesiones otorgadas por la Comunidad de Madrid.

Da igual de qué lado caiga la moneda: lo que sale siempre es cruz.

Todo es así en nuestra Comunidad de Madrid. Esperanza Aguirre intenta dar un golpe para controlar ella con su gente el enorme monstruo financiero que supone Cajamadrid y Blesa es apoyado por dos tránsfugas del PSOE: cada vez que alguien trata de moverle la silla a Blesa aparecen dos oportunos tránsfugas. A los dos lados de la moneda hay una cruz.

Es Madrid. Un Madrid liberal, que ayuda a la familia. En concreto a determinadas familias.