Dos frases se están repitiendo mucho desde que el Consejo Político Federal electo faltara al mandato asambleario y decidiera no nombrar un coordinador general de momento. Se dice que sería un error nombrar coordinador con un 51% de los votos y que nadie tiene derecho a ser elegido por ser la lista más votada: lo de la lista más votada es lo que pide el Partido Popular, comentan.

En el primer caso nos encontramos ante un error sobre qué es lo que divide a una organización. El problema no es la votación que da lugar al nombramiento de nadie, sino la gestión de la mayoría conseguida o de la minoría obtenida. Uno puede ser nombrado con un 51% y a partir de ahí tender puentes, escuchar a diestro y siniestro, aplicar la legalidad interna con el mismo rigor independientemente de a quién afecte, someterse a controles democráticos… Y los derrotados por tan estrecho margen pueden acatar el resultado, considerar al ganador como su propio coordinador y unirse en torno a un proyecto mucho más amplio que tal o cual nombre. También se puede tener una mayoría holgada y a partir de ahí comportarse como un sectario, saltarse la legalidad, imponer decisiones propias,… y ser respondido con ataques personales de un grado de sectarismo similar. Por poner un ejemplo del que creo que todos y todas deberíamos aprender: hace bien poco Gaspar Llamazares ganó las primarias con un porcentaje de apoyo (63%) que viene a ser una goleada para lo que estamos acostumbrados en IU. Con tal victoria él o sus fontaneros (que tanto da) se sintieron los reyes del mambo, montaron el isaurazo y expulsaron de la ejecutiva a quienes les eran incómodos. El problema en ningún caso es el margen de votación, sino la gestión del día después. Que sea uno elegido por el 51% no quiere decir que no dirija para el 100%.

En el caso de la legitimidad de que listas menos votadas se alíen y formen una mayoría, es cierto, es legítimo y en la sociedad lo defendemos, por ejemplo, cada vez que conseguimos una dispersa mayoría de izquierdas que se puede imponer a una concentrada minoría de derechas. En esos casos los grupos de izquierdas lo tenemos claro: la derecha es el enemigo cuya victoria debemos impedir y facilitamos que gobierne la lista más votada de la izquierda para evitar el mal mayor. En Baleares gobiernan los socialistas, porque su lista fue la más votada de la izquierda; en Córdoba IU porque conseguimos ser la lista más votada en la izquierda. En ningún caso intentamos que la lista minoritaria dentro de la izquierda gobierne, en el bien entendido de que el resto de las listas no son apestadas. Si pretendemos que el cabeza de una lista que es, con muchísima holgura, la más votada en una asamblea federal (43%-27%-19%-6%-4%) sea vencido por la suma de algunas de las minorías estamos reconociendo que esa lista es en IU el enemigo a batir, el PP de IU: la simple pertenencia a una lista del PP hace que tratemos por todos los medios de configurar una lista alternativa. Un nivel de rechazo similar deben de tener hacia su compañera quienes hayan vetado a Inés Sabanés como posible candidata de acuerdo entre IU Abierta y la N-II, una mujer apestada acaso por su decencia en el conflicto madrileño en las últimas municipales. Por supuesto que una alianza entre IU Abierta, N-II y alguien más que no consigo imaginar es legítima, pero lanzaría un dudoso mensaje hacia el resto de IU: se les consideraría tan peligrosos que estaríamos dispuestos a aceptar un veto a una candidata por parte de Ángel Pérez con tal de evitar que el más conciliador de aquella lista coordine a Izquierda Unida. Puedo asegurar que si tuviera que elegir entre una candidata razonable de IU Abierta y una alianza entre Otra IU es posible y la N-II que concediera a la mayoría madrileña capacidad de veto, optaría por la primera opción.

Es la hora de la tranquilidad, de dejar los cuchillos y los odios en casa, y de mimar un poco a Izquierda Unida para que deje de ser lo que nos ha llevado a esta lamentable situación. Sobre todo es hora de empezar a mirarnos, en general, como compañeros, no como enemigos: ese simple cambio de óptica (que hubiera sido más fácil con una apuesta real por la renovación) ¡nos ayudaría tanto!