Se Vende Madrid. Razón: Presidenta

La tarde de ayer fue movidita en Madrid. En primer lugar se produjo una manifestación en defensa de la Sanidad Pública, víctima continua de los ataques del gobierno autonómico: tanto por el modelo privatizador adoptado como por los ataques a su prestigio mediante la persecución personal contra médicos como Montes. Más tarde y ya en mi barrio Esperanza Aguirre organizó una fiesta de a millón de euros para inaugurar el Teatro del Canal de Isabel II.

El Canal de Isabel II es la sociedad pública que da agua a los madrileños, dirigida con mano de hierro y escrúpulos de papel por Ignacio González, vicepresidente autonómico y mano derecha (que ya es difícil) de Esperanza Aguirre. La sociedad que nos da el agua será privatizada si Esperanza Aguirre cumple lo que anunció en el Debate sobre el estado de la región. Muchos hemos hecho alguna vez la broma: ‘Al final nos van a privatizar hasta el aire‘. De momento quieren empezar con el agua.

La privatización es, o sea, como muy liberal: primero los madrileños ponemos 1.200.000,00 euros para una fiesta con 900 invitados. El despilfarro es público, pero se pretende que los ingresos del Canal sean privados. Mientras ingresaban los invitados, cientos de trabajadores del Canal de Isabel II y vecinos de Chamberí protestábamos en la puerta mientras veíamos pasar a invitados de lo más variado: desde José María Aznar, agotado tras el ejercicio abdominal, a Nacho Escolar. A modo de curiosidad contaré que el portavoz de IU en la Junta Municipal de Chamberí (que es el menda) no estaba entre las 900 personas que habían sido invitados: da igual, porque mi lugar estaba fuera, con los trabajadores y luego en el bar, y porque a las pocas cosas de estas a las que me han invitado no he asistido (si por mí fuera prohibiría las inauguraciones), pero muestra que tienen un puntito de maleducados y varios puntos de tontos (según escuché tampoco invitaron a Tomás Gómez: qué les costaba quedar bien). Además, por lo que cuentan diarios variopintos, la inauguración fue un fiasco: carísimo para la ciudadanía, pero un fiasco.

Mientras en todo el mundo se desploma la mitología neoliberal (Bush nacionaliza la banca, la CEOE pide paréntesis en el libre mercado), en Madrid tenemos que soportar el integrismo de las viejas e injustas doctrinas coladas con calzador. Como se hizo en los noventa: si tengo crisis privatizo, ingreso un poco de dinerito y le entrego a mis amiguetes lo que han construido los madrileños durante tantos años. Los neoliberales madrileños van quince años por detrás del neoliberalismo mundial.

Una pregunta circulaba por  la concentración: ¿a qué esperamos para que en Madrid haya una huelga general al menos del sector público? ¿y para que se presente una moción de censura en la Asamblea de Madrid?