No tengo ni idea de si mi vecina Rosa Regás era buena directora de la Biblioteca Nacional o no. No sé si, como al parecer le dijo el Ministro, «no había hecho nada» en estos tres años o si había trabajado mucho, como asegura Carmen Calvo. Lo que sí he visto es que públicamente nadie ha criticado su gestión como directora: las críticas que se le han hecho han venido siempre por sus opiniones políticas. Rosa Regás ha ocupado portadas de los medios más ultras por organizar homenajes a las víctimas de la represión franquista, y ha sido criticada por todos los medios por decir que es una buena noticia que quienes mienten e insultan pierdan lectores y finalmente por señalar la positiva evolución de todos los parámetros sociales venezolanos de la que no hablan los grandes medios. El único aspecto que fue criticado de su actividad como directora de la Biblioteca fue, al principio de su gestión, la unificación como escritos una misma lengua de los libros escritos en los dialectos catalán y valenciano de la lengua propia que se habla en Cataluña y en Valencia (entre otros sitios). En esa única crítica nadie puede, con un mínimo de rigor, rechazar el obvio acierto de una decisión a la que conduce todo criterio técnico que no se supedite a las fobias anticatalanas.
Con todo, la dimisión de Regás genera una inquietud relativamente grave. ¿Se puede permanecer en política exponiendo criterios propios? La cuestión no es baladí. Desde hace tiempo me plantea una incógnita la existencia de blogs de cargos políticos. El asunto es el siguiente: son gente que representan a una organización política y en cuyos cargos no deben defender cosas distintas de las que decidiera democráticamente su partido. En el caso de Rosa Regás (1), por ejemplo, sí habría sido exigible que cumpliera los aspectos del programa electoral del PSOE si es que éste decía algo sobre la Biblioteca Nacional . Pero, ¿se está en los cargos 24 horas? ¿Puede un político defender una cosa en su blog o en artículos de prensa (como ciudadano que piensa autónomamente) y otra en las tribunas parlamentarias, mítines y ruedas de prensa (como representante de un colectivo)?
Si planteo tales cuestiones como preguntas es porque realmente no tengo respuestas claras. En principio no parece que el representante político tenga que abdicar de su condición de ciudadano cuando no está representando. Sin embargo, es evidente que en tiempos de creciente simplificación, la complejidad de mostrar al mundo una doble identidad (ciudadano autónomo a unas horas, representante dependiente de una organización a otras) resultaría difícilmente vendible en el espectáculo político. No sólo eso: no estoy seguro de que aceptara, por ejemplo, que el coordinador de IU en Madrid tuviera un blog en el que dijera que el campo de golf de Chamberí (2) le parece a nivel personal estupendo a pesar de la posición adoptada por IU-CM.
Así que, como no tengo que tomar ninguna decisión (afortunadamente no me he tenido que plantear ese dilema en el plano personal), supongo que tampoco tengo por qué adoptar una posición. Digamos, simplemente, que es un tema complejo.
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(1) Es fácil utilizar el caso de Rosa Regás porque evidentemente los ataques dirigidos contra ella no se deben más que a fobias políticas previas, porque no es una política profesional y porque ostenta hasta el viernes un cargo en el que las banderas ideológicas no suelen cobrar un protagonismo excesivo (aunque por supuesto sean importantes: no es lo mismo una biblioteca nacional excesivamente elitista accesible sólo a catedráticos que una más abierta, más permeable).
(2) Web de la plataforma Parque sí en Chamberí.
Uy, qué interesante tu reflexión de hoy…
No sé cómo será en las altas esferas de los partidos, pero sí sé cómo es en las bajas … Desde el partido no hay indicaciones sobre lo que cada cual escribe en su blog personal. Si hay alguna cosa que por lo que sea quieren destacar, a lo sumo te mandan un correo con la información y las fuentes por si quieres hacer alguna reseña…
Mi opinión es que ciertos cargos políticos no deberían dar una doble imagen. Ellos son la cara visible de un partido, y por lo tanto, todos a una. Los trapos sucios se lavan en casita…
Un abrazo.
Es difícil. Yo creo que pequeñas diferencias pueden ser hasta interesante, pues demuestran la pluralidad del grupo político. Sin embargo, las cuestiones principales deben ser axiomas y cualquier discrepancia no debe salir fuera del grupo.
Salud y República
Rosa Regás no cuidó la vigilancia en el ejercicio de sus funciones y fueron robados varios mapas de valor incalculable, punto. Se le pidió que dimitiera (lo lógico es que dimitiera «motu Propio») como en cualquier lugar donde se produce una dejadez de éstas características. ¿De verdad merece la pena ensuciar la imagen del resto del gobierno con «conspiranoias» consistentes en acabar con esta mujer por tener supuestamente un pensamiento incómodo para el gobierno?Más tenían que dimitir…así nos va…
Mmmmmmmmmmmmmm q mal me huele esto a mi ,,,,hay q seguir siempre diciendo «si bwuana» ,,pero no han cambiado los tiempos ? ay ay ay cuanto hay todavia por cambiar ,,,,,,quiero una verdadera gestion de politica YA
SALUD Y REPÚBLICA
Interesante la cuestión que planteas. Ahí va otra relacionada. ¿No sería preferible, por higiene democrática, listas abiertas en los partidos? ¿Para qué mantener vía presupuestos/impuestos a tanto cargo político si luego las decisiones son monolíticas?
Tiene buena pinta lo que dice Rafa: parece razonable que los cargos políticos puedan exponer sus cuestiones de matices personales en sus ámbitos ‘personales’, sin hacer enmiendas a la totalidad… Por ahí debe de andar la solución, sí…