a-la-haya.jpgLa semana pasada explicó Bush la razón que tenía para invadir países y decidir la permanencia de las tropas invasoras en ellos pese a la evidencia de que sólo causan perjuicios para las poblaciones invadidas e incluso para los propios soldados que están cayendo como chinches. La explicación que dio Bush fue que si se iban, dejarían que los grupos en conflicto causaran miles de bajas en la población civil y que si no se hubieran ido de Vietnam no habría habido los campos de exterminio de Pol Pot.

Hoy mismo se ha conocido una nueva matanza causada por las tropas estadounidenses en Irak. Pero no eran civiles: el mando militar se ha encargado de justificar la matanza porque eran insurgentes. Siempre ocurre con cada matanza provocada: si es en Afganistán, los muertos eran todos talibanes; si es en Irak, insurgentes. Aún en el dudoso caso de que esto fuera verdad (¿todos los muertos eran culpables? ¿nunca hay entre los supuestos talibanes y/o insurgentes un vecino que pasara por allí, un amigo de los malos que no sea tan malo como pare merecer una bomba? ¿nunca están los malos con sus familias o es que, como los amigos de mis amigos, los familiares de los insurgentes son insurgentes?), cabría preguntarse qué autorización tienen los estadounidenses para matar a cuanto talibán descubran, a cuanto insurgente intuyan, sin juicio previo, por supuesto: con un bombazo y a correr. Cuando Bush dice que no quiere irse de estos países para no dejar a sus poblaciones civiles como potenciales víctimas de los canallas locales está aportándoles la alternativa de que sean víctimas de canallas como él.

En cuanto a los campos de concentración, la cosa es aún más simple. Pues sabemos que ambas invasiones ya están generando campos de concentración: los supuestamente escondidos en Europa (con la complicidad local) y muy especialmente el de Guantánamo, donde se hacinan y son torturados cientos de personas cautivadas en Asia sin que encuentren en la cuna de la democracia moderna horizonte judicial alguno. Es posible que haya más campos de concentración construidos por otros contendientes, no lo sé. Pero de hecho, los únicos campos de concentración de cuya existencia sí tenemos constancia son los permitidos (ideados es un verbo demasiado fuerte para el personaje) por Bush.

Ocurre que, a pesar del fracaso militar en Afganistán y en Irak, hay quien ya ha detectado señales en la dirección de una próxima invasión contra Irán (1). Es posible, además, que en vísperas de las elecciones presidenciales se decida crear una nueva causa que genere unidad patriótica en torno a los republicanos. Por ello se debería empezar a trabajar para impedir esa nueva invasión por parte de quienes tengan la intención de oponerse a un nuevo genocidio. Y para ello aparecen dos frentes: uno, centrado en la hipotética invasión de Irán; otro en los pasados crímenes internacionales.

En el primer caso sería muy oportuno que se presentasen en todos los parlamentos europeos iniciativas para mostrar la oposición nacional a tal invasión y, en su caso, exponer la soledad del gobierno estadounidense: en España sería muy oportuno que algún grupo parlamentario de izquierdas presentase una moción en ese sentido y obligase a retratarse para el futuro en ese sentido a todos: ¿se atrevería el PP a mostrar de nuevo su cara belicista? ¿se podría negar el PSOE a comprometerse a una oposición a otra guerra injusta pocos meses antes de las elecciones generales?

El otro movimiento que sería utilísimo para impedir nuevas atrocidades es que, efectivamente, los cruzados de las Azores y todos sus cómplices de máximo nivel emprendieran el camino de La Haya que indica la señal (2) y, si La Haya no responde, porque está más centrada en criminales sin poder, la promoción de juicios concretos para los responsables de los recientes crímenes contra la humanidad. Que quienes tengan en mente proyectos genocidas sepan que corren el riesgo de pagarlo, aunque nunca al mismo precio que las poblaciones civiles que viven bajo los bombarderos.

Las líneas más interesantes, en mi opinión, del manifiesto de la Plataforma Juicio a Aznar (3) son las que piden que tal juicio «anuncie para el futuro que quienes colaboren en una guerra ilegal no resultarán impunes por el mero hecho de desempeñar un puesto de prominencia política. Entendemos que éstas son las verdaderas acciones preventivas en favor de los derechos humanos.»

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(1) El vídeo que colgaba el otro día Íñigo Sáenz de Ugarte en Guerra Eterna comparando lo que decía la Fox sobre Irak antes de la invasión y lo que dicen ahora sobre Irán es aterrador.
(2) Tomé la foto de la señal que indica cómo ir a La Haya en mi reciente estancia en Holanda: evidentemente pensé que esa señal debía aparecer en este blog…
(3) Juicio a Aznar