Durante buena parte del siglo XIX la fiesta nacional española era el dos de mayo. Fue el siglo en el que se intentaban elaborar los símbolos nacionales en todas partes colocando en las ciudades estatuas de héroes patrios y señalando los acontecimientos, por lo general míticos, que cualquier nación debía recordar como fechas de máxima dignidad nacional. Con el tiempo, la fiesta fue sustituida por el 12 de octubre en el que se juntaban la fiesta religiosa (el Pilar) y la conmemoración de un pasado imperial (la llegada de Colón y los suyos a América), generando una más conservadora fiesta de la raza o de la hispanidad, según la época. Al parecer Telemadrid ha encargado a Garci que haga una película sobre el dos de mayo: suponemos que el conservadurismo del director de cine ha sido un aval suficiente para pensar que él podría hacer una buena película de exaltación nacional, a pesar de que su cine (entre empalagoso y pesado) nunca ha ido por derroteros tan belicosos.
El dos de mayo recordaba el levantamiento popular madrileño contra las tropas invasoras francesas que, con la excusa de expandir un liberalismo bastante devaluado, habían instaurado una nueva monarquía en la figura de José Bonaparte. Hubo tres tipos de reacción en el pueblo español. Los liberales progresistas (y hasta se diría que suficientemente demócratas) se reunieron en Cádiz y rechazaron la invasión francesa no sólo en nombre de la dignidad nacional sino también con la voluntad de implantar un régimen liberal más avanzado que el propuesto por los Bonaparte. Otros liberales acaso más tibios, y en lo nacional más afrancesados, miraron con buenos ojos la invasión, convencidos de que al menos ésta traería las reformas que la monarquía, la aristocracia y el clero españoles nunca permitirían. Las capas populares más reaccionarias, alentadas por el clero (hay cosas que nunca cambian), se levantaron contra los franceses, exigiendo el regreso de Fernando VII (se difundió el bulo de que en realidad los franceses lo habían secuestrado) y gritando el tan manido ‘muera la libertad, vivan las caenas’.
Estos últimos son quienes protagonizaron en buena medida el dos de mayo madrileño. A pesar de su carácter fundamentalmente reaccionario, el levantamiento siempre ha contado con una cierta simpatía pues, si bien es cierto que José Bonaparte mostró intenciones levemente avanzadas, éstas se estaban dando desde una potencia extranjera que había decidido la invasión del país por una brutal megalomanía del emperador francés con la excusa de ofrecer un sistema político más avanzado que el padecido por los invadidos. Una prueba inequívoca de esto es la posición adoptada por el afrancesado Goya, que dejó el testimonio gráfico más poderoso contra la brutalidad francesa.
Entre los héroes del dos de mayo resalta la figura, mitológica o no, de Manuela Malasaña. Era una costurera que, a falta de armas más contundentes, se habría dedicado a matar franceses con sus agujas de tejer hasta que algún soldado francés se dio cuenta de que probablemente su bayoneta fuera más eficaz que las agujas de la costurera y dio matarile a la heroica madrileña. Hoy Manuela Malasaña da nombre a una de las zonas de copas más conocidas de Madrid.
Es seguro que la costurera aparecerá en la película de Garci, pues es un personaje que puede dar mucho juego para el tipo de cine que hace este hombre. Pero una duda me asalta: ¿cómo se las apañará para que Malasaña aparezca como una heroína sin que se pueda suponer que del mismo modo lo son quienes en Bagdad o Kabul se inmolan con tal de llevarse por delante a un buen número de soldados invasores? ¿No son acaso quienes rechazan la invasión de sus países, incluso quienes lo hacen en nombre de un integrismo religioso, herederos de la ética de quienes reaccionaron contra la invasión de los franceses en España hace ya dos siglos?
En definitiva ¿Cómo retratará Garci a Manuela Malasaña? ¿Como una insurgente o como una terrorista?
Puede considerarse el cine de Garci ñoño o empalagoso, no deja de ser una apreciación subjetiva, y en algunas películas suyas, a mí me parece que así es. La galardonada Volver a empezar es un claro ejemplo, y la secuencia en la que el premiado escritor republicano exiliado español charla con el rey es para mear y no echar gota, pero esa película está hecha en un contexto histórico, la sobrevalorada transición en la que la figura del monarca, sobre todo, e inexplicablemente, para los partidos de la izquierda parlamentaria era, prácticamente intocable, y los que entonces propugnabamos la república como forma de estado nos miraban como a bichos raros. Considerar conservador a Garci, es hacerlo también con Santiago Carrillo o Felipe González, que puede que lo sean, pero no es esa la etiqueta que tienen asignada. Por otra parte el cine de Garci tiene de todo y películas como You’re the one o Tiovivo c1950 tienen muy poco de conservadoras, otra cosa es que gusten o no. Con el resto del análisis estoy esencialmente de acuerdo y destaco su título ¿Qué haría Manuela Malasña en Bagdag?
No, yo considero a Garci conservador porque en 1996 pidió el voto para Aznar (creo que ni Carrillo ni González lo hicieron, aunque sería otra cuestión si son conservadores o no). Esa me parece una prueba de conservadurismo de libro. Vamos, digo yo.
A mí me parce que retrataría a M.M. como una heroína, porque Garci tiene un criterio muy norteamericano para el cine: la eficacia visual y argumental es lo que prima. Como ideólogo, no creo que sea relevante, a pesar de que sus películas (no he visto las dos que menciona don Javier) tienen más de conservadoras que de lo contrario.
En mi opinión, «Volver a empezar», más que en clave de acercamiento a tal o a cual posición política, hay que leerla en clave de eficacia narrativa: en esa época es lo que Garci pensó que funcionaría mejor y lo utilizó. Puede tildarse de oportunista, y quizás lo sea, pero creo que lo hizo por simple cuestión de eficacia.
Dos películas en mi opinión minusvaloradas de Garci («El Crack» 1 y 2, pero sobre todo la primera) tienen de reaccionario lo que pueda tenerlo la novela negra posterior a los clásicos norteamericanos de mediados del siglo pasado: se quedaron exclusivamente con la poderosa figura del investigador que se busca solo la vida y prescindieron de los importantísimos aditamentos que Hammet, Chandler y otros pusieron de relieve: el retrato de una sociedad en la que la violencia es explícita, pero también explicada y visualizada con sus variantes: la violencia más elemental de las clases bajas y la más sofisticada de las clases medias y altas.
Pero, en cualquier caso, no creo que el post vaya de Garci, sino de la comparación entre cómo se interioriza en este país a un personaje como Manuela Malasaña y cómo se pretende que veamos, por contraposición, a quienes reaccionan igual que aquella mujer, pero en el Irak de hoy. Y en eso, don Hugo, en esa comparación, creo que está usted muy acertado.
Que cada cual decida por qué una, sí y otros, no.
Vaya, desconocía que los madrileños antifranceses se inmolaban en los mercados matando a todo cuanto bicho viviente hubiera (francés o no…)
Pues será porque no ha leído usted los Episodios Nacionales, señor Metternich, liberalote de pro. Y será también porque no se habían inventado sustancias como la Goma-2 y otras, que si no…
En lo que respecta al texto y no al último comentario Manuela Malasaña fue real debido a que consta que vivió en la calle de san Andrés nº 18, tenía 15 años y su nombre consta con el nº 74 en la relación de víctimas, que se conserva en los archivos militares, archivos que son reales.
Y se sabe que fue enterrada en el Hospital de la Buena Dicha en la calle de Silva.
Tampoco murió a manos de una bayoneta porque un francés pensó “vamos a ensartarla que solo va con agujas de tejer (que esa es otra)” sino ejecutada junto con otros muchos jóvenes que formaron parte de la rebelión.
Su retrato se encuentra en la Sala de Heroínas del Museo del Ejército.
Fue hecha prisionera y ejecutada bajo la acusación de haberle encontrado un arma en su poder que eran unas tijeras con las cuales no mato precisamente, lo mas probable es que lo hiciera con otras armas, además ¿Qué coño agujas de tejer? Si era bordadora, ¿eso es lo que nos hemos informado?
En cualquier caso Manuela Malasaña se unió a la defensa del Parque de Artillería de Monleón, motivo que fue suficiente para juzgarla, y ejecutarla junto con otros muchos jóvenes rebeldes, pero ella paso a la historia por su juventud y por ser mujer.
Así que antes de escribir y hablar de cosas de las que no sabemos no estaría de más que leyéramos un poquito de historia y decir que un blog que se llama “III República” cuya información acerca de uno de los personajes más importantes de la historia contra los franceses es esa, de verdad te quita mucha credibilidad, siquiera acerca de tu concepto de república.
Que tiene que ver Manuela malasaña con las terrorista de Irak o Kabul. Manuela ataco a soldados franceses no se le ocurrio matar a todos sol clientes de un mercado o a los feligreses de una parroquia.
Por otro lado el cine de Garci te gustará o no pero es bueno, 4 nominaciones al oscar, más que cualquier otro español. Además para ir a los oscar y ser seleccionado lo ha sido en España 6 veces. Así que respeto al autor del Abuelo, Tiovivo, Las verdes Praderas, Los cracks, Las 2 asignaturas, etc,etc