El 24 de marzo escribí un apunte titulado «Prisa tiene un chollo» a cuento de la declaración de boicot del PP contra los medios del grupo Prisa hasta que Polanco retirara que el PP no le molaba (dado que ya no es probable que don Jesús retire lo dicho, ¿podemos considerar el boicot declarado a perpetuidad o lo irán retirando poco a poco hasta que, sin que nos demos cuenta, Aznar sea tertuliano de Hora 25?). En dicho apunte decía que me sentía huérfano de medios de izquierda aunque sólo fuera un poquito a la izquierda de El País. Tres semanas después, el 14 de abril para ser exactos, me enteré de que existía el proyecto de un nuevo periódico llamado Público que pretendía situarse a la izquierda de El País y salir al mercado en otoño. Digo esto para dejar claro que mi deseo de que saliera a la calle algún periódico a nivel estatal que quitara el monopolio de los lectores de izquierdas a El País es previo al conocimiento de que un proyecto de tal tipo existía.
En un principio parecía que tal periódico molestaba más a El País que a los medios de derechas: nada hemos sabido del nuevo diario a través de los medios del grupo Prisa y sí, en cambio, a través de El Mundo. Sin embargo en los últimos días se ha puesto en marcha un proceso de desacreditación del proyecto consistente en sacar a la red un invento según el cual el periódico iba a dar a los redactores un sueldo miserable, lo que entraría en contradicción con el izquierdismo de sus promotores y especialmente de su director, Ignacio Escolar. El rumor se saca en un confidencial, lo reproducen un blog y Libertad Digital, se introduce en menéame (lo que sirve de nueva fuente a tal confidencial) y en el menéame del blog de Escolar y se da la consigna de que sea meneado (sólo con esa consigna puede entenderse que en la página de Escolar alcanzara más de cien ‘meneos’ cuando lo normal en ella es que sea de récord alcanzar la treintena). Según algunos lectores de Escolar (no tengo ni idea de si es verdad, porque a mí nadie me envía ‘pásalos’ de derechas, no entiendo por qué), también se ha puesto en marcha una cadena de correos electrónicos con su pásalo final (¿alguien se acuerda de cuando ‘pásalo’ era sólo el lema de un golpe de estado izquierdista inspirado por Otegi y Carod?) haciéndose eco del bulo. Daba igual que Escolar lo hubiera desmentido en los comentarios de menéame (en el original y en el de su blog) o que ayer sacara un apunte aclarando los hechos y contando que ninguno de esos medios se ha dirigido a él para preguntarle al respecto. El daño ya está hecho, pues mucha gente se lo habrá creído y otra mucha se lo querrá creer.
Personalmente no tengo ni idea de qué sueldo cobrará un redactor de tal periódico ni de ningún otro. Pero cualquiera que tenga capacidad crítica con los medios de comunicación puede ver que ni los confidenciales ni los supuestos liberales tienen más ideas que yo y la forma en la que citan fuentes tiene el mismo sentido que si yo explicara que Dios existe según lo que asegura el Pato Donald. El problema es que esa capacidad crítica se adquiere con el uso de los medios… o no. El 12 de marzo de 2004 cuando por la mañana conté en el trabajo que todos los datos que tenía cualquier avezado lector de medios llevaba a que el atentado del día anterior era obra de islamistas alguien me replicó que yo me creía todo lo que veía en Internet. No hay ningún tipo de educación para filtrar, para saber leer o escuchar qué noticias son un bulo, qué noticias están o no contrastadas o para separar claramente la carga de opinión que tiene un texto de la información que aparece en él. Para no ser manipulado, en definitiva.
Doy por hecho que si alguien propusiera que en los colegios se enseñara a discriminar el trigo de la paja mediática los dueños de la Cope montarían en cólera ante un nuevo intento totalitario de inculcar doctrina a los niños. Pero estamos en un momento en el que surgen confidenciales por doquier, en el que cualquiera desde un blog puede inventarse una noticia que puede ser reproducida como una bomba de racimo por sus lectores blogueros… No es algo del todo nuevo: antes existía El Alcázar y Pueblo y ahora está todo atomizado; la manipulación existe desde que existe comunicación, pero en la actualidad es más compleja y, por tanto, su detección más difícil.
La primera vez que salió un tren en una pantalla de cine recorriendo la vía hasta pasar al lado de la cámara, allá por finales del siglo XIX, la gente se echó al suelo porque pensaban (o más bien intuían) que efectivamente un tren se estaba acercando y los iba a arrollar. Poco a poco nos hemos ido acostumbrando a interpretar las imágenes de cine y saber lo que de ficción hay en ellas. Mientras tanto, nuestra capacidad de lectura de noticias queda claramente a expensas de la capacidad autodidacta del lector. Si ésta no es grande es fácil que tal lector piense, ante la lectura de cualquier confidencial, que está a punto de ser arrollado por el tren.
Por razones obvias -que sabes- no creo que éste sea un bulo. Esa empresa vende lo que vende (izquierdismo y demás) pero a su gente le paga como le paga, y encima se enfada si alguien sugiere que el suyo no es un «sueldo digno».
Respecto a este tema en concreto, me ha llegado que va a haber dos tipos de ‘plumillas’. Unos que tendrán un estatus mayor y que cobrará acorde a ello y el resto, la mayoría, que se moverá en esa pinza… Ya te contaré mejor en persona.
Salud.
Ya digo que yo no tengo ni idea. Lo que sé es que la lectura de la «noticia» original hace ver que quienes la escribieron tampoco tenían una idea mejor. Es a lo que voy.
Pero bueno, ya me contarás…