Ayer saltó la noticia hacia las nueve y media de la noche: se había alcanzado un acuerdo tripartito en Navarra entre los partidos de la mayoría de izquierdas que hay en el parlamento navarro. Así lo entendí yo en el informativo de Cuatro y también otros medios, que dieron por hecho el pacto. En principio la noticia era estupenda aunque con una pega: la Ejecutiva Federal del PSOE tenía que aprobar el acuerdo y, según anunciaba la Ser, en Ferraz no están muy por la labor, a pesar de que el órgano de turno del PSN habría aprobado por unanimidad la opción tripartita. Esa unanimidad haría que cualquier obstáculo central al acuerdo planteara una ingente crisis en el PSN que habría intentado evitar el suicidio sin que el dueño de la casa le permitiera sobrevivir . Habría sido un «pesenecidio».
Con el transcurso de las horas vamos comprendiendo la noticia: no se ha llegado a ningún acuerdo. Lo que el PSN ha aprobado es retomar negociaciones con Nafarroa Bai y con Izquierda Unida en el punto en el que fueron abandonadas hace quince días y partiendo de la misma petición: un consejo de gobierno presidido por el segundo de los partidos firmantes en el que habría tres consejeros del primer partido (Nafarroa Bai), tres del segundo (PSN), uno del tercero (IU) y seis independientes. No sé si soy el único al que le parecería de lo más normal que ahora Nafarroa Bai e Izquierda Unida no fueran tan generosos con el PSN como lo fueron en el primer intento de acuerdo después de la vergonzosa actitud de las últimas semanas y de los chalaneos con UPN. Por ejemplo, ¿dónde está escrito que Nafarroa Bai tenga que renunciar a presidir un gobierno del que sería el primer partido? Especialmente en el aspecto programático Nafarroa Bai e Izquierda Unida deberían ser especialmente exigentes: el PSN no ha demostrado en estas semanas ser un socio de fiar. Si el acuerdo programático que se alcanzó en julio eran unos pocos folios con indicaciones bastante generalistas, sería lógico que ahora se exija una cierta concreción en las políticas federalistas y de izquierdas que fuera a llevar a cabo el nuevo gobierno navarro.
Izquierda Unida y Nafarroa Bai han mostrado sobradamente su voluntad por alcanzar un gobierno de cambio en Navarra. Es el PSN el que ha dado los bandazos. Pero ahora es el PSOE el que tiene la capacidad de impedir que se alcance tal acuerdo. Dado que lo que ha aprobado el PSN es simplemente volver a ponerse a negociar, es incomprensible que en Ferraz se vea mal ese intento: no hay acuerdo concreto todavía, por lo que el problema serían los socios. Con Izquierda Unida ya gobierna el PSOE en otros lugares y se hace difícil entender que se pueda llegar a un acuerdo con ERC en Cataluña y no con Nafarroa Bai en Navarra… salvo que piensen que pueden prescindir de los votos de Navarra pero no de los de Cataluña para ganar las elecciones generales. Y si el pacto en Cataluña quita un puñado de votos en Murcia, la cosa compensa, pero perder votos por una comunidad que sólo aporta dos escaños al grupo parlamentario socialista en San Jerónimo no sería rentable.
El PSN habría dejado clara ayer al PSOE su voluntad de alcanzar un acuerdo de gobierno en Navarra: si el PSOE lo impide, el órgano que lo haga deberá cambiar su nombre y pasar de llamarse Ejecutiva Federal a Ejecutiva Central o Ejecutiva Nacional. Más que nada para que nos vayamos entendiendo. Lo que parecen decir quienes se oponen al tripartito de izquierdas es, utilizando el imbécil latiguillo de moda, que no piensan permitir que Navarra sea Navarra, sino que prefieren que Navarra sea Madrid.
NOTA: En El País la noticia es comentada por los lectores: el comentario número 162 dice literalmente «pobre navarra, cuanto gandul se junta ahora, son unos verdaderos vendedores de ignorancia y sumision, a vencido la ignorancia»; menos mal que no a bencido el conozimiento.