Varios son los aspectos que hacen inexplicable la decisión que ha ejecutado el PSN (y que probablemente haya tomado el PSOE) de impedir un gobierno en Navarra de la mayoría parlamentaria de izquierdas que obtuvo, además, la mayoría de los votos en las pasadas elecciones forales. En primer lugar ése: que hay una mayoría de izquierdas que había llegado a un acuerdo programático. La excusa del desacuerdo en el reparto de cargos es absolutamente inaceptable: tanto como lo era argumentar un desacuerdo municipal por una concejalía de deportes. Ojalá hubiera entre los militantes socialistas una reacción similar a la que tuvimos muchos militantes de Izquierda Unida cuando fueron los nuestros quienes imposibilitaron un gobierno de izquierdas poniendo como excusa el reparto de cargos. No caerá esa breva por una especie de sentido de la disciplina que dificulta la discrepancia. Pero además, la excusa es difícilmente aceptable cuando el PSN obtenía según todas las versiones la presidencia de Navarra pese a ser la tercera fuerza navarra (la segunda del potencial gobierno) y una igualdad de consejerías con Nafarroa Bai que es quien más había cedido tanto en el programa acordado como en el reparto de cargos. Habiendo acuerdo programático es repugnante que no se forme gobierno por un desacuerdo en los cargos, por mucho que éste sea una mera excusa del PSN.
Pero además se lanza un pésimo mensaje al mostrar que cualquier contacto con Nafarroa Bai es imposible para el PSOE. Me lo decía el domingo un amigo socialista: al despreciar la posibilidad de gobernar con una fuerza inequívocamente pacífica y democrática como Nafarroa Bai se colma de alegría a quienes por allí defiendan que pacífica y democráticamente no hay nada que conseguir y que hay que forzar a los españoles a negociar por otros métodos. No es un mensaje demasiado deseable.
¿Qué hará el PSN ahora? Es mejor no hacer cálculos, dada la decisión que han adoptado que era impensable tras las elecciones del 27-M, pero parece que no le queda más salida que permitir un gobierno en minoría de UPN, para lo cual deberá abstenerse en la sesión de investidura de quien se manifestó para protestar por el filoterrorismo del PSN. Si vota en contra de tal investidura habría que repetir las elecciones autonómicas y el batacazo del PSN sería incalculable: es difícil saber si UPN sacaría mayoría absoluta, pero resulta evidente que infinidad votos partidarios del cambio político huirían del PSN para refugiarse en IU o NaBai. En todo caso la propuesta de un gobierno con todos los partidos (por supuesto presidido por Puras, el vencedor, aunque fuera en tercer lugar, de las elecciones navarras) es una necedad que no se cree nadie y que rechazarán Izquierda Unida y Nafarroa Bai.
Al PSN no le queda más remedio que aplazar lo máximo las elecciones navarras. Pero hay otras que no va a poder aplazar: las generales, que salvo orden en contra repartirán cinco escaños navarros. La decisión del PSN ha confirmado, como mínimo, que el segundo escaño que obtuvo el PSN en 2004 pasará a NaBai si es que no a UPN-PP. Es extraño que menos de una semana después de que Roma pagara a Bono para rascar el segundo escaño por Toledo se renuncie de una forma suicida a un escaño por Navarra y a presidir el gobierno navarro regalándole un poder tan importante al PP.
Es una decisión que no hay por donde coger y que provocará el rechazo de buena parte de la izquierda navarra y del resto del Estado. Sólo en dos sitios se estará celebrando la decisión: en las sedes del PP y de ANV. Enhorabuena a los premiados.
NOTA Ayer también me premió Victor Casco, que fue coordinador de Izquierda Unida en Extremadura hasta las pasadas elecciones autonómicas, tras las que dio una lección de dignidad, con el ya famoso Thinking Blogger Award. Sólo puedo mostrarle mi agradecimiento y mi respeto y comentar lo mismo que cuando me lo otrorgó Gracchus Bebeuf. Muchas gracias por el reconocimiento y por acercar con él a algunos nuevos lectores a este rincón, pues ambas cosas me hacen mucha ilusión.