Durante la pasada campaña electoral Miguel Sebastián sacó a relucir con mucha ambigüedad la relación entre Alberto Ruiz Gallardón y Montserrat Corulla, testaferra de Roca, líder del desfalco en marbellí. La ambigüedad consistió en que preguntó en principio por la existencia de relación entre Gallardón y Corulla, para matizar después que la relación por la que preguntaba era profesional y sólo unos días después aclarar que el problema estaba en que el Ayuntamiento había favorecido a la testaferra con la concesión de licencias para destrozar parte del patrimonio histórico de Madrid, como el frontón Beti Jai, en mi barrio (Chamberí), que pasará a ser un hotel.
Pese a la torpeza del que fuera candidato Sebastián, quien quiso informarse tenía elementos de sobra para conocer lo que había ocurrido y a qué se refería realmente Sebastián: Manuel Rico, que como subdirector de Tiempo había investigado el caso, lo explicó muy bien en su blog y el 20 minutos aclaró bastante el críptico mensaje de Sebastián.
Sin embargo, El País se dedicó a zurrar a Sebastián hasta decir basta: le acusaron de meterse en asuntos personales, de perder los nervios, de haber hundido sus escasas opciones electorales… Todo lo que fuera necesario en defensa de Gallardón, que era claramente el candidato de El País no ya al ayuntamiento, sino a las generales del año que viene.
Ocurre que con el tiempo hemos sabido que efectivamente en la parte del sumario que ya no está bajo secreto, aparece Corulla como una negociadora privilegiada ante el Ayuntamiento de Madrid gracias a su relación personal con Gallardón. Esa es la definición de corrupción: manejar los asuntos públicos en función de los intereses personales del cargo público. Hay, pues, material político para arremeter contra Gallardón para que aclare qué criterios le hicieron favorecer a Corulla.
Pues bien, hoy, por fin, El País arremete contra Gallardón por Corulla… y lo hace sacando como gran noticia que Gallardón y Corulla coincidieron en un mismo restaurante. Eso no es noticia en absoluto, pero lo es menos si el diario aclara que no comieron en la misma mesa. ¿Qué clase de noticia es ésa? ¿Se mete ahora El País a perseguir la vida privada del alcalde como si fuera el Diez Minutos? Parecería incomprensible la noticia presentada por El País, especialmente a la luz de lo que dijeron de Sebastián, si no fuera exactamente la misma táctica de entonces.
Cuando Sebastián sacó el caso y se centró en el tema inmobiliario, Gallardón continuó hasta la misma noche electoral gimiendo porque le hubieran sacado un asunto personal. Fue su forma de ocultar el tema político: «señor Gallardón, ¿dio usted licencias…?», «Me parece increible que me saque ese tema personal». Pues algo así podría estar haciendo hoy El País: cuando ha salido a la luz el caso de corrupción de su protegido, pone los focos sobre el asunto personal que, afortunadamente, no le interesa a nadie en este país.
Fue Fraga quien explicó que la política hace extraños compañeros de cama. Muchos años después podríamos estar viendo que la cama oculta las extrañas compañías políticas.
Para que veamos todos la influencia que tienen los medios de comunicación en los partidos políticos. Que Sebastián fue torpe a la hora de manejar dicho tema no lo va a negar nadie. Lo que no puede negar nadie es que hay algo oscuro. Y que a El País se le metió entre ceja y ceja la derrota de Sebastián, la pregunta sería ¿qué motivos había?
Y se comenta que Fraga también dijo que ser putero (sic) no es un problema para aspirar a ser cabeza de partido (del PP, se entiende). Se cuenta que eso lo dijo cuando se estaban planteando la posibilidad de Aznar como líder del PP. Un poco antes salió a relucir el nombre de Alvarez Cascos y el presidente fundador del PP contestó de esa forma…
En cuanto a lo de Corulla-Gallardón, he flipado bastante cuando he llegado hoy y he visto eso. El País y la SER (y también El Mundo) han incidido en ese tema, sugiriendo más que afirmando. Sebastián tiene que estar echándose unas risas
Salud!
Muy bueno tu comentario, lo mismo pensé yo al leer el periódico. Critican a Sebastián, miles de personas dejan de votarle y resulta qué tiene razón ¿¿…??
Te cito