No sé si es una impresión mía, pero parece que los propagandistas disfrazados de historiadores que durante los últimos años se han forrado a cuenta de repetir los tópicos franquistas sobre la Guerra Civil y la II República han abandonado el intento de adjudicar a las izquierdas la culpa de la Guerra. Uno se acerca por el blog de Luis Pío Moa y ve que desde hace tiempo escribe más sobre ateísmo que sobre su tema estrella. Al hombre le han reído las gracias y ahora se cree un filósofo a pesar de que sus reflexiones tienen la profundidad del discurso de un pedante tabernario con unos vinos de más.
No tengo noticia (aunque es cierto que últimamente paso menos por las tiendas que más esfuerzos hacen por publicitar a esta gentuza -VIPS, El Corte Inglés…-) de que César Vidal haya reescrito ningún libro publicado en los cuarenta sobre lo asesinos que eran los rojos cuando Franco nos liberaba. Así que entre el que fuera terrorista y el que es fundamentalista parece que nos dejan un poco en paz con este tema.
El ‘revisionismo’ ha sido una rentabilísima tarea planificada por la cúpula del PP en su segunda legislatura en el poder. Cuando Luis Pío Moa sacó su trilogía sobre la Guerra Civil, Urdaci anunció en el Telediario de las 21h que iba a haber una entrevista interesantísima con un historiador en el programa de Carlos Dávila, quien entrevistó babeante a don Luis Pío, que desgranaba sus mentiras con exquisito aplomo. Más tarde, en el verano de 2003 Aznar comentó que entre los libros que se llevaba de vacaciones estaba el apasionante panfleto franquista de Moa (¿por qué diantres pensaría Aznar que a la humanidad le interesaba qué leyera este hombre en vacaciones? ¿No habíamos quedado en que la vida privada de los políticos nos la trae al pairo? Monarca como se cree, considera que su vida privada merece ser objeto de nuestros desvelos: ¿por qué declaró su privadísimo amor y feliz matrimonio con la Botella ayer en el atril de un mitin de Madrid? ¿Lo privado tiene interés político o no?).
Ya estaba la operación de marketing hecha: por un lado, los tipos que ponían la firma en los textos manufacturados por la industria Moa, Vidal & Co. se forrarían vendiendo tanta basura; por otro, el ‘revisionismo’ favorecía la posibilidad de tener una derecha sin complejos históricos, que era una de las aspiraciones de Aznar según confesó en una entrevista a Jiménez Losantos tras perder el poder. De hecho, cuando hace poco más de un año varios militares insinuaron que el ejército debía parar el Estatut de Catalunya, argumenté en Diagonal (todavía no existía este blog) que la propaganda revisionista era un mero instrumento para justificar cualquier forma de toma de poder en la actualidad por parte de la derecha, incluida el golpismo militar.
Hoy parece que han callado. Cuando los temas se abordan con un exceso de mentiras, no pueden estar de moda durante mucho tiempo (va sucediendo ya también con el 11-M). Dado lo incansable de esta derecha esperamos la nueva hornada de mentiras con nuevos y apasionantes temas para este otoño. Probablemente ya no escriban sobre la Guerra Civil (quienes escribieran antes de dárselo a firmar a los Moa, Vidal, etc.) porque haya habido un descenso de ventas que no haga rentable el circo. Por lo que fuere, celebremos que esta gente ya no hace caja insultando la memoria republicana y masacrando el contenido de la palabra ‘historiador’.