Si yo puedo escribir este texto y los lectores pueden entender lo que rondaba por mi cabeza cuando lo escribí es porque uno y otros gozamos de una capacidad asombrosa: la de la abstracción. Podemos ver dos trozos de carne vegetal que no sean el mismo, pero que compartan ciertas propiedades hasta el punto de decir que se trata de dos manzanas. La abstracción puede ser tan amplia como queramos. Cuando los niños empiezan a estudiar ciencias se les explica que no podemos sumar dos peras y dos manzanas. Todos ellos deberían contestar a su profe que sí se puede, pues suman cuatro frutas: lo que pasa es que no se pueden sumar si no elevamos el nivel de abstracción (en este caso tenemos siempre que recordar que hay gente incapaz de tan elevado grado de abstracción). Y si uno quiere conocer las propiedades de la fruta, hará muy bien en atender a las propiedades de las manzanas, las peras, las chirimoyas y los aguacates, para obtener efectivamente las propiedades que son comunes a cada una de ellas, pero no pensar que todas las propiedades de la manzana son extensibles al resto de frutas.
Es irritante la cantinela según la cual los casos irlandés y vasco no tienen nada que ver y sólo a un majadero se le ocurriría obtener lecciones del caso irlandés para solucionar el vasco. A un majadero y/o a alguien que no quiera solucionar el caso vasco. Por supuesto hay diferencias; pero también hay enormes similitudes.
Los parecidos son evidentes: ETA y el IRA son sendos grupos autodeterministas europeos que adaptan el modelo guerrillero de descolonización a Europa a través del terrorismo a finales de los años sesenta del siglo XX. Ambos tienen un partido político del que van de la mano. En ambos el catolicismo ha jugado un papel (probablemente sobrevalorado en el caso vasco). En ambos casos, en Irlanda y en Euskadi, existe un ámbito partidario de la autodeterminación no violenta… Seguramente la lista de similitudes es infinita.
Existen diferencias, también, pero la mayoría de ellas harían pensar que el conflicto vasco es más fácil de resolver mediante la negociación que el irlandés. Sólo dos factores se me ocurren que dificulten el proceso vasco más que el irlandés: el geográfico (el carácter insular de Irlanda hace más visible el conflicto existente) y, sobre todo, la voluntad de la metrópoli: en el Reino Unido los dos grandes partidos remaron a favor del proceso, tanto desde el gobierno como desde la oposición; en España el PSOE ha remado muy tímidamente a favor y el PP contundentemente en contra. También se podría añadir que el Sinn Fein nunca fue ilegalizado, lo que favoreció inmensamente las posibilidades de paz. Pero muchas otras diferencias juegan a favor de la posibilidad de conseguir un final negociado para tanta muerte y tanto sufrimiento. El más notable es que, mientras la mayoría electoral del Ulster es unionista, en el País Vasco siempre ha habido entre un 55% y un 60% de autodeterministas, lo que aporta una importante legitimación democrática a un cambio de status, que era más difícil en el Ulster. Además, en el Ulster el enfrentamiento era absoluto: familias enteras eran/son unionistas y en el otro bando sucedía lo mismo; un unionista podía hacer su vida cotidiana sin ver a un republicano en todo el día, lo que permitía alimentar odios más generalizados. En Euskadi, en contra, es relativamente fácil encontrar en la misma familia personas de todas las opciones políticas por lo que existe un tejido social mucho más predispuesto a la pacificación. También es un factor que en Euskadi son mayoritarias las opciones más moderadas de uno y otro bando, lo que fortalece la posibilidad de tender puentes, mientras en el Ulster el unionismo más votado ha sido siempre el más extremista y en el bloque republicano en estas últimas elecciones también ha superado el Sinn Fein al republicanismo moderado.
Es evidente que entre uno y otro caso hay diferencias (es una tautología: hablemos de lo que hablemos entre un caso y otro hay diferencias, porque si no las hubiera, serían el mismo caso), pero también hay muchas similitudes. Quien no aprenda de unas y de otras es porque no puede, o porque no quiere.