Ayer apareció en El País la siguiente noticia: “El PP usa la foto de De Juana junto al hospital para criticar al Gobierno”. Quizá el titular no sé entienda bien si no se sabe que esa foto fue publicada por El País y sólo por El País en su portada del día anterior. Así, el titular bien podría ser distinto: “Al lorito, ZP, que somos el periódico que lee la gente de izquierda, pero si nos da la gana le regalamos un puñadito de votos a la derecha”.
Tal noticia es la culminación de unas semanas en las que El País ha venido fustigando al Gobierno con el tema del País Vasco haciendo suyos algunos de los argumentos de la derecha respecto a la legalidad de Acción Nacionalista Vasca y de la situación de de Juana Chaos. En el primer caso, El País ha estado gastando portadas sin aportar pruebas de que ANV fuera un instrumento de Batasuna, pero anunciando que Batasuna realizaría la mayor movilización electoral de su historia para favorecer a ANV, por ejemplo. En el caso de de Juana, no sólo ha habido la exclusiva foto en la que de Juana pasea por el hospital (sólo aparece su novia –parece que ir con la novia añade culpa: ¿se haría tanto hincapié en sus presencias si estuvieran católicamente casados?-) por recomendación de sus médicos y vigilado por la Ertzaintza, que no aparece en la foto; El País añadió otro notición hace unos días: de Juana habría salido por Donosti con su novia (había ido a la consulta de otros médicos). Lo importante de esta exclusiva investigación es que El País no la ilustraba con las fotos del famélico moribundo hospitalizado que publicó la prensa británica durante la huelga de hambre, sino una foto de un de Juana sano, satisfecho y sonriente durante alguno de los juicios a los que ha sido sometido. La primera foto hubiera mostrado el acierto de la decisión gubernamental de conceder la prisión atenuada; la segunda es una perfecta presentación del argumentario de la derecha, según el cual, de Juana está libre y estupendo tras chantajear al débil Zapatero.
El País tiene perfecto derecho a entrar en una deriva conservadora: su línea editorial la deciden sus propietarios y no hay nada que objetar. Pero los lectores de izquierdas tenemos el drama de carecer en los quioscos de más prensa diaria que la que nos ofrezca Prisa. La derecha tiene múltiples periódicos, lo que permite que si uno de sus periódicos filtra las noticias en función de los intereses de sus propietarios, al no coincidir éstos con los intereses de los dueños de otro periódico, el lector de derechas pueda tener una completa visión de la realidad desde los anteojos derechistas. Sin embargo, los lectores de izquierdas, salvo los que tenemos en Internet la gran fuente de información, carecemos de esa amplitud de perspectivas. Esa carencia es claramente percibida por la gente de Izquierda Unida, pero también por los sectores más izquierdistas del PSOE, hartos de la supervisión de Prisa, entre los que estaría, presumiblemente, el propio Zapatero.
De todas formas es difícil saber qué interés comercial puede tener para quien monopoliza la prensa de izquierdas escorarse a la derecha, donde están todos los demás periódicos, donde sí tendría competencia. Se puede pensar en dos razones para el enfado de los chicos de Prisa con el Gobierno. Uno sería más político: tendría que ver con una supuesta conversación de la que daba cuenta hace unos días Javier Ortiz entre Zapatero y Polanco en la que éste habría exigido al Presidente del Gobierno una política más conservadora y más españolista. La otra razón sería más comercial: parece claro que en otoño saldrá un nuevo periódico de MediaPro (los propietarios de La Sexta), llamado Público o El Público, que dirigiría Ignacio Escolar, y que competiría con El País por su izquierda.
La noticia no puede ser más positiva para la izquierda: incluso aunque el nuevo medio no fuera todo lo izquierdista que uno pudiera desear, el mero hecho de que la realidad no esté filtrada por un único medio de masas es una noticia que tenemos que celebrar.
Si, como se anuncia, se colocan editorialmente a la izquierda de El País, la noticia merece ser más que bienvenida.
Yo apuesto más por la segunda opción.
Hasta ahora, El País era el medio de referencia del centro-izquierda, con un protagonismo importantísimo del Gobierno socialista de turno.Gran parte del éxito de Prisa ha sido ése, saber apoderarse de forma cautiva de un mercado que estaba huérfano de cabeceras.
Sin embargo, hay una razón más clara, y es que Zapatero nunca ha sido el «chico de Polanco». El apostaba por otro liderazgo, mucho más dócil, si queremos llamarlo así. Se suponía que todo estaba más o menos amarrado, pero la liebre saltó en el famoso congreso que eligió a Zapatero, sorpresa que terminó de cristalizar en la victoria electoral en 2004, al menos en términos generales.
Desde entonces, en la línea editorial de El País ha habido de todo según el día y el tema a tratar. Supongo que entendían que podían permitirse esa licencia, sobre todo porque la SER ha secundado, y sigue haciéndolo, la política del Gobierno y del PSOE.
Tampoco hay que obviar que Polanco está muy mayor, y dicen que enfermo, y que su sucesión se está complicando, y mucho.
Creo que estas variables hay que tenerlas en cuenta, junto a que es una empresa que se rige por intereses empresariales, y algo habrá percibido en el aire Polanco para lanzar esta apuesta que es francamente arriesgada, porque corre el riesgo de que le vinculen con las tesis conservadoras en determinadas políticas (y el caso paradigmático está siendo todo lo referido a Euskadi, pero también al Sahara o a la misión en Afganistán).