Ayer apareció este anuncio en El País (salvo las marcas rosas, que las hice yo). Es un anuncio que explica a la perfección por qué el edificio europeo que se está construyendo cuenta con la oposición de buena parte de la izquierda.
El anuncio en cuestión pide a los empresarios que se lleven sus negocios a Macedonia por tres razones: como va a estar en la UE, no tendrán ningún problema en vender lo que produzcan en el resto de la UE; tienen impuestos bajísimos, por lo que apenas tendrán gastos fiscales; y los trabajadores macedonios cobran una miseria, por lo que tampoco tendrán grandes gastos laborales.
La Unión Europea ha hecho grandes esfuerzos por alcanzar una moneda única, el libre movimiento de capitales, la unidad arancelaria… pero nadie mueve un dedo por conseguir una unidad en lo fiscal ni en lo laboral. Con ello han conseguido que, para atraer empresas, surja entre los Estados una competitividad a la baja en esas dos materias. Es decir, cualquier gobernante europeo se sitúa en el siguiente razonamiento: necesito que mis impuestos sean más bajos y que los derechos de mis trabajadores sean menores, para que las empresas no decidan marcharse al país de al lado ya que no les puedo poner ningún límite a su fuga. Es decir, la Unión Europea se ha convertido, en estos aspectos en el ideal político de cualquier derechista duro y de cualquier líder patronal.
Así, la competitividad fiscal hace que tengamos impuestos cada vez menores y por tanto cada vez menos servicios públicos y de peor calidad: ¿cómo vamos a impulsar la educación pública si para ello hace falta impuestos y, si no los bajo, las empresas se van a Macedonia dejando a miles de trabajadores en paro? ¿Cómo puedo mejorar los salarios teniendo los empresarios el chollo macedonio a la vuelta de la esquina?
No hay ninguna directiva que imponga la reducción de impuestos ni de salarios ni de condiciones laborales: no hace falta. Cuando los asuntos fiscales y laborales se dejan sin regular se está dando un dictado casi inapelable: que se compita a la baja en ambos, y los ciudadanos… que se vayan a currar a Macedonia.