Tras su disgusto con la cabecera que había diseñado yo, Álvaro, hombre que compatibiliza su permanencia en la sombra con un creciente estrellato mediático ha creado la estupenda cabecera que manda la mía al baúl de los recuerdos.
Pero no creáis que lo ha hecho gratis; sabe que mañana le invitaré a una birrita.