Gracias a mi campaña electoral (criticable, como reconozco en otro texto y en sus comentarios) he conocido muchos blogs: muchísimos. Unos cuantos por mis visitas rapidísimas; algunos por vuestras respuestas aquí. Reconozco que el día de hoy ha sido agotador y he dado ya todos mis votos en el concurso por hoy. Pero a partir de mañana me propongo revisar los blogs de quienes me habéis ido dejando respuestas: es lógico pensar que la gente a la que le gusta lo que escribo pensará cosas que me puedan ser interesantes. Ya he dicho que no entro en el intercambio de votos: a parte de poco honrado no sería creíble que le propusiera el intercambio a unos quinientos blogs. Sin embargo, a partir de mañana espero ir repartiendo mis votos entre la gente a la que he conocido estos días. De hecho hasta ahora sólo conocía (y a ninguno en persona) a cuatro de los blogeros en concurso; así que, si una virtud gigantesca va a haber tenido mi campaña es la apertura de miras en cuanto a la blogosfera. Y, por tanto, me otorga la capacidad de conocer nuevos puntos de vista desconocidos para mí hasta estos dos días: si ese era uno de los objetivos del concurso de blogs, en mi caso va a ser conseguido.
Además, la primera fase de mi campaña ha terminado: hasta mediados de febrero no volveré a dejar mensajes en los blogs y, en la medida de que la memoria de mi ordenador y la más débil mía personal me lo permitan, no será a los mismos blogs que esta vez. Si la campaña tiene éxito (y ayer lo tuvo) el simple hecho de estar entre los primeros de la clasificación aporta gran visibilidad. Y eso es lo único que busco con intentar ganar votos en este concurso: dar a conocer este blog para que entren en él las personas a las que les pueda interesar.
A quien haya incomodado mi campaña le reitero mis disculpas.
Mañana retomamos los temas políticos.