Hace algunos días explicaba lo que pienso de la muerte de un genocida, en general, a cuento de la presumible, y finalmente efectiva, muerte de Pinochet. También hacía una breve reflexión sobre el tiranicidio, e incluso sobre el magnicidio en general. Ahora parece inminente la muerte a través del postmoderno mecanismo de la horca de Saddam Hussein.
Dadas las fechas navideñas todavía no he visto la típica reflexión del nacional-liberalismo, preguntando la opinión de quienes no lamentamos demasiado la muerte de Pinochet (vamos, que nos reímos a mandíbula abierta) sobre este otro tirano. Sobra decir (porque lo que no se quiere entender, no se entiende) que la izquierda no tuvo que esperar a que Bush sr. detectara la maldad de Saddam (convertido desde entonces en Sadam para que visualmente fuera más parecido a Satán) Hussein: desde mucho antes, en la izquierda había una simpatía con el pueblo kurdo y con varios de los partidos ilegalizados y perseguidos por el régimen iraquí que nos impedía tener ninguna simpatía por quien obtuvo en 1973 el reconocimiento de su dictadura amiga, la franquista. Tampoco era especialmente simpático para la izquierda quien fue armado por Estados Unidos para mantener una guerra horrible contra Irán (armas con las que perpetró los asesinatos contra los kurdos por los que se le acusa en otras causas que quedarán sin juzgar). Todo eso da igual. De hecho, sin ninguno de esos elementos, la tiranía iraquí hubiera recibido las lógicas críticas de nuestra izquierda.

¿Que se muere Hussein? Ni una mueca de disgusto. Pero Saddam Hussein no va a morir a manos de sus víctimas, los pueblos kurdo e iraquí: no lo van a matar desde abajo, sino desde arriba y tras un juicio farsa. Lo van a matar George Bush y sus títeres, que no tienen un ápice de legitimidad moral para condenar a nadie por genocidio alguno. No, hasta que un tribunal imparcial juzgue al trío de las Azores.

Esta farsa sólo obedece a un monstruoso juego entre asesinos. Y eso nos impide, desgraciadamente, disfrutar como merecíamos la muerte de Saddam.

PD Aunque no llega a la perfección argumental de mi prosa, el apunte de hoy de Javier Ortiz, en la misma línea es muy digno de ser leído.

ACTUALIZACIÓN 0.07h. En 20 Minutos han colgado una encuesta con la pregunta “¿Merece Saddam Hussein la pena de muerte?”; no sabría qué contestar. En cambio, si preguntaran “¿Tienen derecho los gobiernos iraquí y estadounidense a matar a Hussein?” estaría clara la respuesta general.